Comer poco sería la manera más efectiva para tener una vida más longeva, según un estudio de científicos japoneses que publica la revista Nature.
La conclusión viene del estudio del efecto que tiene la enzima RHEB-1 en la duración de la vida y de cómo este componente se altera en función de la ingesta calórica de cada ser.
La investigación indica que la restricción alimentaria es la intervención más eficaz y más reproducible para extender la esperanza de vida.
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