lunes, 27 de octubre de 2008
El alargamiento de los huesos permite crecer hasta 24 cm (fuente elcomercio.com seccion sociedad)
El procedimiento quirúrgico hace que la medida de los huesos se extienda un milímetro diario. La base de esta técnica es el llamado aparato de Ilizarov.
Para Liudmila Kaltsina y su tercera hija Olga (nombre protegido) cada milímetro resulta una batalla ganada día a día. Es también el premio que reciben en cada jornada de la carrera de resistencia y paciencia que empezaron hace casi cinco años.
La niña, que hoy cumple 14 años, nació con una acondroplasia. El diagnóstico le condenaba al enanismo y a una desproporción corporal marcada por el trastorno del crecimiento óseo.
Pero la ingeniera comercial originaria de Kemerovo, una ciudad situada a 3 482 km al este de Moscú, se hizo una promesa a finales del 2003. Al iniciar el tratamiento de su hija, se planteó, con la ayuda de la medicina, que su pequeña alcance la mayor estatura posible y que se reduzca al máximo el impacto de la mutación genética.
Cuando nació, Olga medía 55 cm. A los siete años, al ingresar a la escuela, su estatura llegaba a los 96 cm y era la más chica de todos los alumnos. La altura no varió mucho hasta los 9 años, cuando empezó el tratamiento para ganar un milímetro cada día. Así explica la madre, mientras ayuda a su hija a bajar de la cama de la habitación número cinco de la Clínica de Patología de los Huesos (CPH) del Instituto Turner.
El centro, que se creó hace 75 años y que posee una vasta experiencia en el tratamiento de malformaciones de los huesos en niños, se ubica en la localidad rusa de Pushkin, 24 km al sur de San Petersburgo. Cinco años después de la primera cirugía a la que fue sometida para alargar los huesos, a la cual hasta ahora siguieron otras tres más, Olga aumentó su estatura en 24 cm. Con la operación inicial, la tibia de la pierna izquierda creció 10 cm, en el 2004. Igual resultado dio la segunda intervención, un año después, en la tibia derecha. Las cirugías tres y cuatro, primero del fémur izquierdo, en el 2006, y luego del fémur derecho, este año, recompensan los esfuerzos y la paciencia de madre e hija.
¿Cuál es la clave de la elongación ósea, aun en casos extremos como los de Olga? “La base de la técnica quirúrgica es el aparato de Ilizarov” (ver infografía), explica Olga Sosnenko. La cirujana es responsable de la CPH del Instituto Turner desde el 2005.
Ella practica una operación a la semana, para estirar huesos o corregir malformaciones. En el 2007 en la clínica se realizó en promedio una operación al día.
La técnica se emplea para tratar deformaciones congénitas, displasias óseas -como el caso de Olga- y lesiones que causan asimetrías en las extremidades, añade Alexei Baundurasvili, director del Instituto Turner. La asimetría se refiere a casos en los que una pierna (o brazo) es más larga que la otra.
El aparato de Ilizarov no es una novedad quirúrgica, aunque sí ha sido sometido a innovaciones para mejorar los resultados, complementa Sosnenko. Su inventor, a mediados del siglo pasado, fue el cirujano soviético Gavril Ilizarov, fundador del reconocido Centro de Ortopedia y Traumatología de Kurgan.
¿En qué consiste la técnica? Con el paciente anestesiado se abre el hueso que se extenderá 1 mm diario. Luego se insertan unos tornillos mediante pequeñas incisiones de 1 cm, que evitan daños a los tejidos blandos.
Los tornillos se fijan al aparato de Ilizarov, que es regulado manualmente por los médicos tratantes, explica la responsable.
Esta, no obstante, enfatiza que durante la cirugía es clave proteger el riego sanguíneo. El dispositivo separa el hueso partido y crea un espacio entre los extremos de la estructura ósea, que se complementa con hueso nuevo. Este es el principio de la técnica.
Apoyados en muletas, los pacientes deben caminar con el aparato de Ilizarov durante todo el postoperatorio. En promedio, permanecerán con la estrucutura metálica entre seis y nueve meses. Y se retira al final del tratamiento, mediante una cirugía.
Sosnenko precisa que la operación tiene complicaciones. Se debe tener cuidado en las zonas en las cuales se insertaron los tornillos, para evitar infecciones. Pero la cirujana aclara que en la CPH tienen la receta para reducir al mínimo los riesgos. Se trata de la galvanoionoterapia (Elektroforez, en ruso), que consiste en introducir, una vez al día, en el área operada, medicamentos y cremas antisépticas mediante la corriente galvánica. Las sustancias medicinales ingresan bajo la piel de la zona intervenida con el impulso de electrodos.
La cirujana también explica que los progresos de Olga son evidentes, mientras la madre de la paciente se muestra convencida de que su hija llegará al 1,36 m, su meta inicial. A pocos pasos de ahí, en la habitación número 6, Pavel (nombre cambiado), de 9 años, aparece con el aparato de Ilizarov en su brazo izquierdo.
La operación para corregir la deformación del húmero se practicó hace 90 días. La madre del niño, originaria de la región de Pskov, aspira a que con el tratamiento la longitud aumentará en 4 cm.
En la misma habitación está ingresado Rinat, de 7 años, quien fue sometido a su segunda operación en dos años. Su diagnóstico es el mismo que el de Olga.
Rinat, a su lado, realiza tareas escolares. Él está en el primer grado. En el hospital, los niños internados reciben clases luego de sus terapias de rehabilitación.
2 500 operaciones
El Instituto Turner, el centro de Ortopedia Infantil más reconocido de este país, lleva el nombre de Genrij Ivanovich Turner (1858-1941), el padre de la Ortopedia de Rusia.
En los diferentes apartados del Instituto, cada año se hacen 2 500 operaciones en promedio.
La edad recomendada para empezar la elongación ósea es entre los seis y nueve años, afirma la responsable de la Clínica de Patologías de los Huesos, Olga Sosnenko.
El alargamiento de los huesos y el postoperatorio pudieran costar entre USD 10 000 y 20 000, dependiendo de la gravedad del caso. La técnica no se recomienda con fines estéticos.
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