viernes, 18 de abril de 2008

La aventura es entre Mojanda y Cochasquí



Este paseo de 45 km pasa por parajes naturales, lagunas, pueblos y sitios históricos. Se puede hacer caminata, ciclomontaña, cabalgata...

El rostro azulado de Caricocha emerge en medio de un manto verde dibujado por bosques y pajonales, que se imponen en la zona. Esa escena seduce al visitante y estimula a continuar con el recorrido por estos parajes andinos.

Caricocha se ve imponente, sobre todo por cubrir la mayor parte de un milenario cráter de volcán y la laguna mayor del complejo lacustre Mojanda, a 3 713,4 m de altitud. Lo completan la Huarmicocha (laguna hembra) y la Negra.

Es el sitio propicio para armar una carpa, protegerse con ropa abrigada y quedarse allí para acampar. También se puede hacer buena caminata a lo largo de sus orillas o pesca deportiva.

Estas características le convierten en uno de los principales atractivos para los turistas que buscan el contacto directo con la naturaleza. Además, es un componente importante de la ecorruta turístico-cultural Mojanda-Cochasquí, que recorre por parajes naturales, pueblos y vestigios arqueológicos del noreste de Pichincha. Por ello, el Consejo Provincial puso en marcha un plan de fortalecimiento y promoción para los próximos cinco años.

Se trata de una ruta para quienes prefieren la aventura e involucrarse con la naturaleza. Todo depende de la preferencia y la disponibilidad, ya que se puede emprender el recorrido de tramos a pie, otros a caballo, en bicicleta o en vehículo todoterreno. Esto último porque hay que trasladarse por caminos de segundo orden.

Cualquiera sea el mecanismo, mientras recorre los senderos zigzagueantes, el turista descubre paisajes andinos de postal, donde sobresale la cadena de montañas como el Pululahua y algunos remanentes de bosques.

Si prefiere adentrarse por la parroquia de Malchinguí, por ejemplo, todavía es posible encontrarse con la cotidianidad de sus pobladores dedicados a las tareas agrícolas, sobre todo al cultivo de maíz o de pastoreo.

Mas el mayor atractivo que ofrece este pueblo es el Kapac ñan (camino del inca), que atraviesa a lo largo de la meseta y su trazo lineal casi perfecto se pierde en el horizonte. A sus costados todavía perduran algunas casas y muros, cuyas gruesas paredes están construidas con adobe y barro.

Una parada obligada pueden ser las iglesias de pueblos como Tabacundo, Perucho y Malchinguí. En sus interiores hay retablos, imágenes y esculturas religiosas de siglos pasados. En ciertas ocasiones también son el centro de las fiestas populares.

Mientras más se avanza montaña arriba, sobre todo en los páramos de Mojanda entre los 4 000 y 5 000 m de altitud, hay nuevas experiencias. Con un poco de suerte se puede ver algunos conejos de monte y hasta lobos de páramo cruzarse en el trayecto. A esto se suma el avistamiento de aves, que incluye hasta gaviotas de altitud.

Y el encuentro con la historia y la arqueología se vive en Cochasquí. Sobresalen los vestigios de las pirámides que construyeron los antepasados para adorar a sus dioses. Se cree que este sitio fue estratégico por ser una plataforma natural para el estudio de los astros.

Entre tanto, se inició la colocación de 200 rótulos de señalización como primer paso palpable de este proyecto.

Un aspecto importante es el proceso de concienciación a las comunidades asentadas en esta ruta. Según Paúl Sevilla, jefe del Departamento de Fomento Turístico del Consejo Provincial de Pichincha, el objetivo es consolidar el producto con todos los servicios turísticos: hospedaje, alimentación y transporte.

Con ese propósito, a través del Centro de Gestión Empresarial de Tabacundo, se emprendió un proceso de capacitación y asesoramiento para la creación de microempresas de servicios.

Bernardo Tituaña, presidente de la Junta Parroquial de Malchinguí, ve a este proyecto como una oportunidad de progreso.

Aunque todavía no se dispone de la infraestructura necesaria, “la gente puede ofrecer platos como papas con cuy, choclo con queso, papas chaqueta (papas con cuero) y la chicha de jora”.

Fabián Yanchahuano y Manuel Caiza, por ejemplo, están interesados en adecuar en sus viviendas un sitio para el hospedaje.

Hasta que se consolide este proyecto, el turista que quiera adentrarse en la ruta Mojanda-Cochasquí debe llevar sus provisiones, tanto de alimentación como para acampar y para el traslado. Pero lo más importante es que tiene asegurada la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable.
Las propuestas
Por Jerusalén, camino a Malchinguí o por Tabacundo u Otavalo se puede acceder a la ruta Mojanda-Cochasquí. Y recorre alrededor de 45 km. Es preferible ir en carro particular y en 4x4.
Lleve ropa abrigada, además de agua y alimentos. En la zona todavía no hay sitios específicos para hospedaje y comida.
El bosque protector y parque recreación Jerusalén también será fortalecido. Allí se construirá un centro de interpretación.
Guayllabamba es un sitio cercano para comer. Allí hay platos típicos como el yahuarlocro.

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