La pista de Cotopaxi es la terminal alterna del Mariscal Sucre de Quito. Los aeropuertos de Ambato y Riobamba están funcionando pero son subutilizados.
El aeropuerto internacional Cotopaxi está listo para solventar las emergencias del Mariscal Sucre de Quito. Así lo demostró el fin de semana pasado, cuando la terminal aérea de la capital cerró sus operaciones por una contingencia.
Esto lo convierte en la pista más utilizada en la Sierra centro, porque las terminales aéreas en Ambato y Riobamba tienen una mínima actividad operacional. Por esta razón, para las autoridades de Latacunga y las cámaras de la Producción, el aeropuerto es un potencial rival del Mariscal Sucre.
Su pista de 3 963 metros (la más larga del país), mejores condiciones climáticas (el 95% del tiempo está despejado), óptimas vías de acceso y la ausencia de obstáculos (montañas aledañas) lo hacen más atractivo.
Para ampliar sus operaciones necesita que se construya una pista alterna lateral (‘taxi way’). Además, que se incrementen mínimo a 22 frecuencias nacionales e internacionales semanales para cubrir el presupuesto mensual que es de USD 60 000. Estos dineros los cubre la Dirección General de Aviación Civil (DGAC).
Según los expertos, el costo de la pista alterna de 2 000 metros es de USD 6 millones. Según Guido de Faz, supervisor del aeropuerto, es una obra importante porque al ampliar esta vía habrá mayor facilidad para que los aviones tomen pista de salida.
También existe un proyecto privado que tiene como objetivo mejorar las instalaciones, las bodegas, cuartos fríos y ampliar el aeropuerto. Todo esto contempla una inversión de USD 60 millones, empero este proyecto fue rechazado por el presidente de la República, Rafael Correa.
Al recorrer la terminal se nota que la pista está en buen estado, la torre de control, la plataforma, los instrumentos, las bodegas y talleres lucen sin novedades.
Las áreas de carga, bomberos y combustible están funcionando de forma óptima. Solo el área de arribo necesita ampliación, debido a que el fin de semana pasado esta sala estuvo saturada de los viajeros que llegaron.
Pero, a diferencia de la actividad en Latacunga, en el aeropuerto de Chachoan, en Ambato, existe relativa calma. No hay mayor movimiento de las operaciones aéreas.
Esta terminal es de categoría HJ, es decir, funciona desde la salida del sol hasta que se oculta el mismo. Por eso no hay operaciones nocturnas. Los vuelos que llegan son internos. “No está en condiciones operables al ciento por ciento. La pista tiene gravilla”, explica Marcelo Jarrín, responsable del aeropuerto. Por ello, las operaciones aéreas son restringidas.
Solo hay vuelos de entrenamientos, un vuelo comercial los días viernes y ocasionalmente cuando llega el presidente, Rafael Correa. Afuera, los descoloridos letreros advierten a los vecinos la prohibición de ingresar a la zona.
En cambio, en la terminal de Riobamba es usual ver a personas caminando por la pista. Néstor Galarza, jefe (e) del aeropuerto, explicó que esta terminal aérea tiene problemas porque la pista divide a la Brigada Galápagos. Por ello, usualmente soldados sin autorización cruzan la pista, una acción que está prohibida.
Actualmente, la DGAC trabaja en el proceso de emisión de informes sobre el reconocimiento de la pista, su estado y el tipo de naves que pudieran despegar de la pista que está en buenas condiciones.
Según técnicos de la DGAC, la pista recibió mantenimiento hace tres años y servirá hasta el 2010. Además, tiene el señalamiento necesario y la capacidad para recibir aviones con 30 pasajeros.
En un recorrido que realizó este Diario, se pudo constatar que no hay una área de bomberos. Además, el aeropuerto posee una terminal de pasajeros con capacidad para 60 personas.
La terminal de Latacunga es internacional y por eso cuenta con los servicios de: aduana, Policía de migración, antinarcóticos, SESA. Además, tiene categoría 1.
El Cabildo ambateño maneja un plan para la reactivación del aeropuerto de esa ciudad, sin embargo, aún no se ejecuta.
Los empresarios riobambeños confían que la línea aérea Ícaro cubra las frecuencias Riobamba-Quito, Riobamba-Guayaquil y Riobamba-Lago Agrio. Por ello, iniciaron las gestiones en la DGAC y en el Ministerio de Transporte.
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