martes, 5 de junio de 2007

Miniguerra fria preocupa a americanos y rusos

PRAGA, República Checa | AFP

El presidente estadounidense, George W. Bush, ofreció este martes a Rusia cooperar con el proyecto militar norteamericano en Europa para disipar los temores de un regreso a la guerra fría, pero criticó severamente el estado de la democracia durante el mandato de Vladimir Putin.

"La guerra fría terminó, se acabó", y el proyecto estadounidense de instalar un escudo antimisiles en Europa es "una medida puramente defensiva, que no apunta a Rusia", dijo Bush el martes por la mañana en Praga, primera etapa de su gira europea.

"Rusia no es nuestro enemigo", insistió.


Pero por la tarde criticó el estado en que se encuentra la democracia en Rusia con unas declaraciones que pueden perjudicar el ambiente de la reunión que mantendrá con Putin dentro de dos días.

"En Rusia se han tambaleado las reformas que prometían dar el poder al pueblo, con preocupantes consecuencias para la evolución democrática", dijo Bush en una conferencia que congregó a disidentes y defensores de la democracia.

La degradación de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia durante las últimas semanas puede hacer sombra a la gira de Bush por Europa y la cumbre de países industrializados en la que Bush y Putin participarán entre el miércoles y el viernes en Heiligendamm (noreste de Alemania).

El proyecto de Estados Unidos de instalar un radar y misiles interceptores en República Checa y Polonia, que fueron países de la órbita soviética, cuenta con el rechazo de Rusia.

El presidente ruso reavivó recientemente el espectro de la gran confrontación geoestratégica al amenazar con apuntar de nuevo sus misiles hacia Europa.
Bush, que hizo estas declaraciones al término de sus entrevistas con el presidente y el primer ministro checos, Vaclav Klaus y Mirek Topolanek, reiteró que el escudo antimisiles protegerá a los aliados de Estados Unidos de la amenaza balística de países peligrosos, entre los que cuenta a Irán.

El mensaje de Bush cuando se encuentre el próximo jueves con Putin, y luego en julio cuando lo recibirá en Estados Unidos, será: "Vladimir -yo lo llamo Vladimir-, usted no tiene nada que temer de un sistema de defensa antimisiles ¿por qué no cooperaría usted con un sistema de defensa antimisiles?".

"Por favor, envíenos a sus generales para que vean cómo funcionaría el sistema, envíenos a sus científicos", añadió.

Esta querella es la más espectacular de una serie de contenciosos entre los rusos, de un lado, y los norteamericanos y europeos, del otro: estatuto de Kosovo, aprovisionamientos energéticos, conflicto judicial con los británicos en el candente caso del asesinato de un ex espía ruso.

A pesar de la deterioración de las relaciones, Bush reconoció la existencia de "fuertes desacuerdos" con Putin y también con China, empezando por la cuestión de las libertades.

Pero subrayó "las fuertes relaciones de trabajo" que tiene Estados Unidos con estos dos países. "La facultad de hablar abiertamente de nuestros desacuerdos forma parte de las buenas relaciones. Estados Unidos seguirá desarrollando (sus) relaciones con estos dos países, y lo haremos sin abandonar nuestros principios, ni nuestros valores", dijo en un discurso en el que también criticó el comunismo.

Bush debe dejar la República Checa el martes por la noche rumbo a Alemania para asistir a la cumbre de los países industrializados del G8 que comienza el miércoles en la estación balnearia de Heiligendamm.

El presidente estadounidense debatirá con sus homólogos del G8 cómo luchar contra el calentamiento climático.

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