AFP
TEGUCIGALPA — El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, anunció este martes que planea regresar al país con gente que agrupará en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, a partir del jueves cuando terminan las 72 horas que pidió el mediador, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
"Yo tengo fronteras con El Salvador, es grande, tengo frontera con Guatemala y frontera con Nicaragua. La vía puede ser aérea, terrestre o marítima, el momento está abierto a partir del día jueves que terminan las 72 horas que pidió el mediador", dijo Zelaya en declaraciones a Radio Globo desde Nicaragua.
"A partir de ese momento nosotros nos estamos reuniendo con gente en San Miguel, El Salvador, personas hondureñas, de todos los partidos políticos, hondureños y compatriotas en Esquipulas (Guatemala) y además aquí en Nicaragua", añadió Zelaya.
Ante la pregunta si su regreso puede generar un baño de sangre, advirtió que los militares "son los que disparan, los que tienen rifles, vamos a chequear en los cerros, en las lomas que hay en todas las fronteras si ponen francotiradores".
Descartó una intervención militar estadounidense para restituirlo en el poder, pero afirmó que Washington "arreciará" las presiones para sacar al régimen de facto de Roberto Micheletti.
Una intervención estadounidense "creo que no es conveniente, yo estoy regresando al país por vía pacífica".
Ante la versión de que un influyente empresario hondureño sugirió que Zelaya vuelva al poder, pero sin sus ministros, respondió: "El peligro que ustedes (los partidarios del golpe) vieron no fue en mi gabinete sino en mis ideas, consideraron un peligro hablar de justicia, hablar de equidad".
"El presidente nombra su gabinete y nombra a su gente de confianza para imprimirle un sello de su presidencia al Estado que está dirigiendo, al poder Ejecutivo; el pueblo debe estar muy claro que el interés mío no es retornar a un puesto a la presidencia de la República, porque el presidente gana apenas 3.000 dólares", expresó Zelaya.
"Yo ya fui presidente (...) el retorno a la presidencia es un asunto simbólico, es un asunto de no aceptación de un régimen impuesto por una dictadura militar y política, es un asunto de la restitución de la soberanía popular", dijo.
Expresó que "el artículo 2 (de la Constitución) dice que la usurpación de la soberanía popular es un delito de alta traición a la patria, y además es imprescriptible", por lo que los responsables del golpe "pueden ser procesados por tribunales internacionales".
Sobre las versiones de que el juez Baltasar Garzón, de la Audiencia Nacional española, visitaría Honduras para verificar el respeto de los derechos humanos, Zelaya dijo: "Ojalá lo dejen entrar estos bárbaros".
Garzón "fue el que procesó a (el ex dictador chileno Augusto) Pinochet, también va a procesar a estos golpistas", añadió.
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