LONDRES (AP) - Médicos británicos idearon una solución drástica en 1995 para salvar a una niña con graves problemas cardíacos: le insertaron un corazón directamente en su propio órgano enfermo.
Luego de 10 años, el corazón defectuoso de Hannah Clark hizo lo que muchos expertos pensaban era imposible: mejoró lo suficiente como para que le retiraran el transplante.
A pesar de su recuperación, Clark desarrolló un cáncer maligno debido a los medicamentos que tomó para evitar que su cuerpo rechazara el transplante. La niña debió someterse a quimioterapia.
Los detalles del transplante revolucionario y el tratamiento de Clark fueron publicados el martes en la edición electrónica de la revista médica Lancet.
"Esto demuestra que el corazón sí puede repararse por sí solo si se le da la oportunidad", dijo el doctor Douglas Zipes, presidente del Colegio Americano de Cardiología. Zipes no participó en el tratamiento de Clark ni en el reporte publicado en la internet. "Pareciera que el corazón tiene amplios poderes regenerativos, y ahora es crucial descubrir cómo funcionan."
En 1994, cuando Clark tenía 8 meses, sufrió una insuficiencia cardíaca tan grave que los médicos la incluyeron en una lista de espera para recibir un corazón. Pero los problemas cardíacos afectaron los pulmones, por lo que también necesitaba un transplante de pulmón.
Como hacer los dos transplantes a la vez era muy riesgoso, los doctores decidieron tratar algo totalmente distinto.
Uno de los mejores cirujanos cardíacos del mundo, Magdi Yacoub del Colegio Imperial de Londres, dijo que el corazón enfermo de Clark podría recuperarse solo, si se le permitía descansar por un tiempo. En 1995, Yacoub y otros colegas le insertaron el corazón de un donante de cinco meses directamente en su corazón.
Cuatro años y medio después, ambos corazones funcionaban bien, por lo que Yacoub y su equipo decidieron que era mejor no retirar el corazón extra.
Pero los medicamentos que Clark tomaba para evitar el rechazo del transplante le produjeron cáncer, y debió someterse a quimioterapia. Los doctores disminuyeron las drogas pero el cáncer siguió expandiéndose, hasta que Clark rechazó el corazón implantado.
Sin embargo, Clark corrió con suerte, ya que su propio corazón estaba totalmente recuperado. En febrero de 2006, el doctor Víctor Tsang del hospital Great Ormond Street en Londres, Yacoub y otros médicos, retiraron el corazón transplantado.
Desde entonces, Clark, de 16 años, comenzó a hacer deportes, trabajar medio tiempo y tiene planes de regresar a la escuela en septiembre.
"Gracias a esta operación, ahora tengo una vida normal como el resto de mis amigos", dijo la joven inglesa.
martes, 14 de julio de 2009
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