La insurgencia de extrema izquierda en el Perú está adoptando el mismo esquema de la guerrilla colombiana de las FARC, es decir, convertirse en un cartel narcotraficante para financiar sus acciones militares.
La insurgencia de extrema izquierda en el Perú está adoptando el mismo esquema de la guerrilla colombiana de las FARC, es decir, convertirse en un cartel narcotraficante para financiar sus acciones militares.
Esta es la esencia de un extenso reportaje que el diario más influyente del mundo, el New York Times, trae en la portada de su edición de ayer (foto).
Bajo el título de “El tráfico de la cocaína ayuda a los rebeldes a reiniciar la guerra en el Perú”, el diario estadounidense hace un reportaje en el que narra cómo la guerrilla de Sendero Luminoso, que estuvo a punto de extinguirse a raíz de la captura de su líder Abimael Guzamán, está recobrando fuerza gracias a la estrategia de dedicarse al tráfico ilícito de droga. El reportaje sostiene que Sendero Luminoso, si bien sigue profesando su ideología maoísta, ahora se dedica al negocio de proteger a narcotraficantes, extorsionar a hacendados y a operar sus propios laboratorios de cocaína.
El New York Times señala que Sendero Luminoso ha logrado volver a operar gracias a inmensas fuente de financiamiento.
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