ASUNCION, feb 26 (Reuters) - Sudamérica se enfrenta a un nuevo brote de dengue que esta vez se focalizó en Bolivia, mientras expertos advierten que la enfermedad, asociada al cambio climático y al crecimiento de la población en áreas urbanas, podría volverse endémica.
Al menos 19 muertes y más de 40.000 casos clínicos del mal se registraron en la región en lo que va del año, según reportes oficiales de los países afectados y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que asegura que la incidencia mundial del dengue aumentó dramáticamente las últimas décadas.
Bolivia es el país más golpeado con más de 30.000 casos sospechosos y 18 fallecidos por el virus que se transmite a través de un mosquito infectado, seguido por Venezuela y Brasil con cerca de 5.000 y de Paraguay, que en el 2007 sufrió su peor epidemia en décadas, de acuerdo a los informes.
"Es la peor epidemia en más de 20 años", dijo a Reuters el jefe de epidemiología del Ministerio de Salud de Bolivia, Juan Carlos Arraya, quien apuntó que los casos en ese país siguen aumentando aunque a un ritmo menor al de semanas atrás.
Especialistas coinciden en que los cambios climáticos producto del calentamiento global, que incrementaron la intensidad y la duración de las temporadas de lluvia, crearon un ambiente propicio para la proliferación del vector, que se reproduce en pequeños reservorios de agua limpia.
A esto se suman el incremento del turismo, la migración y el crecimiento de la población en áreas urbanas carentes de servicios básicos que ayudan a la multiplicación de los mosquitos.
"El dengue ha ido bajando de América Central e invadiendo América del Sur en los últimos 30 años. Actualmente los únicos países libres son Uruguay y Chile", dijo a Reuters Carmen Serrano, representante en Paraguay de la OPS y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"El problema está en el tratamiento del ambiente. Se necesitan cambios de actitud en la población que llevan tiempo y una acción de educación. Y mientras no exista ese cambio siempre existirá el riesgo de tener al dengue como algo endémico", agregó.
DENGUE AUN ALTO EN BRASIL
En Brasil, intensas campañas de combate al mosquito transmisor y de alerta a la población abatieron las alarmantes cifras de casos de dengue y muertes del año pasado en el estado de Río de Janeiro, pero los números aun son preocupantes.
En el 2008 fueron notificaron en Río 255.818 casos de la enfermedad, principalmente entre enero y mayo, con un saldo de 252 muertes y 32 óbitos sospechosos todavía en investigación, según un informe de la Secretaría de Salud de la semana pasada.
Este año, hasta el 18 de febrero, han sido notificados en el estado 2.297 casos de dengue y se investigan cinco casos de muertes sospechosas de haber sido provocadas por la enfermedad.
En el primer bimestre del 2008, los casos de dengue en el estado habían sumado 42.923.
Las autoridades sanitarias están investigando la situación en otros varios estados, pero no tenían datos disponibles de inmediato, dijo una portavoz del Ministerio de Salud.
En tanto, las autoridades sanitarias chilenas reportaron hasta el jueves cuatro casos, pero aseguraron que se trataba de una situación aislada y que la nación estaba libre de la enfermedad, que usualmente deja a las víctimas en cama durante una semana con síntomas similares a los de una gripe.
Por su parte, Argentina registra 37 casos confirmados por laboratorio y otros 240 sin confirmación de pacientes que presentan síntomas clínicos, todos en la provincia de Salta, donde las lluvias persistentes provocaron graves inundaciones a comienzos de febrero.
"Argentina está en alerta epidemiológica y con monitoreo constante de situaciones en las que se considera que todo caso sospechoso es considerado un caso de dengue", dijo Hugo Fernández, Director Nacional de Prevención de Enfermedades y Riesgo del Ministerio de Salud argentino.
EN AUMENTO
Tras haber sido erradicado en la región en la década de 1950, el dengue experimentó en los últimos 30 años fuertes brotes cíclicos que se repiten cada vez con más frecuencia. La OPS contabilizó unos 826.000 casos en los países sudamericanos durante el 2008 y 737.000 el año anterior.
"Este es un problema difícil de erradicar y que, dependiendo de la magnitud de la epidemia, hace colapsar los sistemas de salud", dijo la ministra de Salud Pública de Paraguay, Esperanza Martínez, una especialista en salud pública que fue consejera de varios organismos multinacionales.
Paraguay se declaró esta semana en alerta ante un aumento de los casos que suman 196 confirmados y 481 sospechosos y la posibilidad de aparición del dengue hemorrágico -una variante que puede ser mortal- por la circulación de serotipos distintos a los de epidemias anteriores.
En el 2007, el dengue dejó miles de infectados en Paraguay y abrió las puertas a un foco de fiebre amarilla -enfermedad transmitida también por el mosquito aedes- que tuvo en vilo a la población.
Sin vacunas disponibles, el único método de control y prevención es el combate del mosquito.
"Apuntamos a un cambio de mentalidad en la ciudadanía pero tenemos que trabajar lo estructural de manera paralela. Porque el dengue vino para quedarse y se va a quedar mucho tiempo con nosotros", dijo Martínez.
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