El presidente Rafael Correa confesó hoy que se sintió traicionado por la jerarquía católica después de que ésta se opuso al proyecto de Constitución alegando que es favorable al aborto.
Quito, AFP
El presidente Rafael Correa confesó hoy que se sintió traicionado por la jerarquía católica después de que ésta se opuso al proyecto de Constitución alegando que es favorable al aborto.
“Nos cogió totalmente por sorpresa esta posición de la cúpula de la Iglesia, fue un día muy aciago y lo recibimos como una puñalada en la espalda”, declaró el mandatario en una entrevista con radio La Luna.
Correa dijo que en varias oportunidades se reunió con los obispos para afinar criterios en torno a la Carta Política que será sometida a referendo el 28 de septiembre, y que al final se incorporó el “80% de sus pedidos”.
“Me comprometí que no aprobaría una ley abortista, podríamos llegar a un diálogo, pero lo que se hizo fue realmente desleal”, sostuvo.
Aun cuando en ninguno de los artículos se menciona la palabra aborto, los obispos consideran que la redacción es ambigua y deja abierta la puerta a esa práctica como al matrimonio entre homosexuales.
El presidente ecuatoriano lamentó la posición de la cúpula eclesiástica y más cuando antes “se jactaba con los demás presidentes de izquierda de ser el único que se llevaba muy bien con” la cúpula católica.
Correa agregó que aun cuando el propio arzobispo Antonio Arregui, presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), hubiera redactado los artículos, la Iglesia hubiera encontrado razones “para estar en contra”, dada su afinidad con la derecha.
La Conferencia lleva a cabo “una cataquesis” para dar a conocer sus puntos de vista en los templos, lo que es considerado por el gobierno como una campaña camuflada para rechazar la propuesta constitucional.
Ecuador es un Estado laico, pero se calcula que el 90% de los 13 millones de habitantes profesa la fe católica.
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