jueves, 24 de julio de 2008

El inspector que dirigió las primeras investigaciones sobre la desaparición de la niña británica en Portugal vuelve a inculpar a los padres en un libr

La polémica vuelve a ser protagonista en la desaparición de la pequeña Madeleine McCann. El ex inspector de la Policía portuguesa Gonçalo Amaral, que dirigió la investigación durante los primeros meses antes de ser apartado del caso, sostiene en un libro presentado ayer que «el cadáver fue congelado y escondido por sus padres». 'Maddie, la verdad de la mentira' es un relato pormenorizado en el que el antiguo agente defiende que la pequeña murió al caer accidentalmente del sofá en el apartamento en el que la familia pasaba sus vacaciones en la localidad turística Playa de Mar, en el Algarve luso.
Aunque reconoce que nunca se logró encontrar rastros de dónde pudo ser ocultado el cuerpo, Amaral asevera que fue congelado y transportado en el maletero de un coche alquilado por Kate y Gerry McCann un mes después de la desaparición de su hija. Como consecuencia del calor, el cadáver comenzó a descomponerse y dejó residuos que fueron identificados por perros de la Policía británica.
Según testigos citados en el libro, el matrimonio tuvo abierto el maletero para que se ventilara y alegó que habían transportado en él basura y carne congelada, cuyos olores, sin embargo, nunca pudieron confundir a los adiestrados sabuesos de Scotland Yard, según reconocieron sus entrenadores.
En la misma línea, Amaral sostiene que desde que comenzó la investigación, tanto los padres como David Payne y Jane Tanner, el matrimonio que les acompañaban, han tenido una serie de conductas sospechosas que, en su opinión, constituyen una evidencia de que la teoría de rapto «fue un montaje basado en testimonios falsos, sobre todo de la madre y su amiga».
El antiguo detective considera probado por la investigación la falsedad del testimonio de Tanner, quien aseguró haber visto al supuesto raptor en la noche de la desaparición. De hecho, Amaral recuerda que un matrimonio irlandés declaró que a esa misma hora se topó con Gerry McCann, que llevaba una niña en brazos caminando hacia la playa, y no a un desconocido que iba hacia la casa de Robert Murat, el tercer sospechoso, tal y como afirmó Jane Tanner.
Coacciones políticas
El investigador denuncia presiones políticas e interferencias diplomáticas. Aunque elogia la inestimable ayuda de los equipos británicos sobre el terreno, y considera que la falta de colaboración a la hora de proporcionar determinadas pruebas ha hecho que se pierdan en el proceso muchas evidencias importantes. «Mis teorías están basadas en indicios y en el estudio del lugar de los hechos, que estoy seguro de que fue preparado para ocultar la verdad», señala.
Al margen de todo este aluvión de especulaciones, los padres de Maddie, que siempre han defendido su inocencia, el pasado lunes fueron exculpados por la Policía portuguesa, junto a Robert Murat, de su condición de sospechosos. Ahora se plantean emprender acciones legales contra las controvertidas acusaciones de Amaral.

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