KATMANDÚ (AFP) - La asamblea constituyente de Nepal aprobó este miércoles la supresión de la monarquía, que regía el país desde hacía 240 años, y proclamó la república.
La propuesta para la proclamación de la república fue adoptada", anunció a la cámara Kul Bahadur Gurung, un alto miembro de este órgano de 601 representantes, de los que 560 votaron a favor de la medida y cuatro se opusieron.
Los maoístas de Nepal, acérrimos republicanos, combatieron durante 10 años para derrocar al impopular rey Gyanendra y se hicieron con la mayoría de los escaños de la asamblea constituyente en las elecciones de abril pasado.
La formación de la asamblea constituyente forma parte de los acuerdos de paz entre los partidos políticos nepalíes y los rebeldes maoístas que pusieron fin a una guerra civil en la que murieron 13.000 personas. "El sacrificio de miles de nepalíes ha sido honrado hoy al deshacernos de la monarquía", dijo a la AFP el portavoz de los maoístas, Krishna Bahadur Mahara. "El pueblo nepalí ha sido liberado de siglos de tradición feudal y se abrieron las puertas para una transformación social y económica radical" de uno de los países más pobres del mundo, agregó.
La declaración que instaura el nuevo régimen afirma que Nepal se convierte en una "república democrática independiente, indivisible, soberana, secular". El rey Gyanendra, que ascendió al trono cuando la mayoría de la familia real fue asesinada por un príncipe ebrio en 2001, tiene un plazo de 15 días para dejar el palacio.
"Nepal se ha convertido en una república democrática, todas las leyes y funciones administrativas que contradicen esa idea no son válidas a partir de hoy", continúa la declaración. "Todos los privilegios de los que disfrutan el rey y su familia quedan automáticamente terminados", agrega, instaurando el 29 de mayo como el "día de la República".
La impopularidad de Gyanendra había alcanzado sus cotas más bajas cuando disolvió el gobierno y se auto otorgó plenos poderes en febrero de 2005. El golpe obligó a los principales partidos políticos a aliarse con sus enemigos de siempre, los rebeldes maoístas.
El ministro nepalí de Paz, Ram Chandra Poudel, dijo a la prensa que Gyanendra "debería entenderlo y dejar el palacio por sí mismo, eso sería lo mejor".
Fuera de la asamblea constituyente, unas 1.000 personas aguardaron con impaciencia la votación y saludaron con vítores su resultado, comprobó un periodista de la AFP. "Estoy muy contento. Es el día más importante de mi vida", dijo Rajesh Subedi, un estudiante de 21 años.
Los maoístas recomendaron a Gyanendra y al príncipe heredero Paras -conocido por su estilo de vividor- que se adapten a la nueva situación o harán frente a "un fuerte castigo".
El monarca aún goza de apoyo entre los hindúes fanáticos, algunos jerarcas militares y la élite dominante, que argumenta que la monarquía es un símbolo de la neutralidad de este país, encajado entre dos gigantes asiáticos, China e India.
Los maoístas tienen ahora que formar gobierno, algo que provoca desconfianza porque son regularmente acusados de recurrir a la violencia y la intimidación. Estados Unidos continúa incluyendo a los rebeldes en la lista de organizaciones terroristas internacionales.
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