Las decisiones sobre autonomía, agua potable y tránsito son rechazadas por Nebot y la mayoría de concejales.
En medio de acaloradas intervenciones, el Concejo de Guayaquil resolvió rechazar las acciones de las mesas 4, 7 y 10 de la Asamblea que, según el alcalde Jaime Nebot, se dedican a legislar en contra de la ciudad.
Nebot mocionó la resolución contra las resoluciones “por centralistas, totalitaristas y contrarias a la autonomía”. Y llamó a la ciudadanía a estar alerta contra posibles abusos.
El concejal de PAIS, Octavio Villacreses, salió entre rechiflas, al votar en contra.
Según Nebot, “la ciudad no renunciará a su autonomía, diga o haga lo que haga la Constituyente”.
Con una resolución que rechaza las acciones de las mesas 4, 7 y 10 de la Asamblea Constituyente, culminó ayer un debate acalorado en el Concejo Cantonal de Guayaquil donde se concluyó en que los asambleístas de Montecristi se dedican a legislar en contra de la ciudad.
Así lo dijo el alcalde, Jaime Nebot, quien mocionó la propuesta de rechazo y condena a resoluciones de la Asamblea “por centralistas, totalitaristas y contrarias a la autonomía”, que según los concejales perjudican a los guayaquileños e irrespetan su modelo de desarrollo.
El documento interpreta tres resoluciones: una de la mesa 4 que elimina la posibilidad de que ciudades como Guayaquil puedan ser autónomas, mientras que provincias con menor población sí pueden serlo; de la mesa 7, que exige se termine anticipadamente el contrato de concesión con Interagua, que según el Municipio perjudicaría a miles de personas.
El concejal Octavio Villacreses (PAIS) dijo que así se terminaría con un negocio que le ha significado a la concesionaria “más de $ 40 y $50 millones”.
También se refiere a la mesa 10 que quitó la autonomía de la Comisión de Tránsito del Guayas, lo que indignó a 14 de 15 concejales. Leopoldo Baquerizo (PSC) incluso denominó como “Asamblea Prostituyente” al ente legislativo que, según dijo, “creará ‘un ministerio del dedo o de la yuca’, pues engañaron al pueblo que votó por ella creyendo que todo lo legislado sería aprobado en una consulta popular y no terminaría como una minidictadura”.
El alcalde manifestó que Guayaquil no renunciará a su autonomía, a su derecho al empleo, y al progreso “diga lo que diga o haga lo que haga la Asamblea Constituyente. Aquí haremos lo que tengamos que hacer”, dijo, al hacer un llamado a la ciudadanía “para tomar paulatinamente las medidas necesarias para defender el derecho de autogestionar, sin interferencias dañinas, nuestro progreso”.
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