La alimentación reducida en calorías de muchas mujeres en los países industrializados está contribuyendo, según un estudio británico, a que cada vez menos mujeres tengan varones, informaron científicos en la revista “Proceedings of the Royal Society”. Investigadores de la Universidad de Exeter compararon las conductas alimenticias de 740 mujeres embarazadas con el sexo de los hijos que tuvieron luego. Cuantas más calorías consumían las madres en el momento de la fecundación, más probable era que parieran luego a un varón.
La universidad informó que desayunar muesli (alimento que resulta de la combinación de cereales con frutos secos y miel, entre otros) aumentaba la posibilidad de engendrar un varón. En cambio, quien está a dieta en el momento de la fecundación tiene más posibilidades de engendrar una niña. Sin embargo, los investigadores no brindaron una explicación concluyente al respecto.
Los científicos dividieron a las embarazadas en tres grupos de acuerdo con las calorías consumidas al inicio de la gestación. El grupo con el mayor consumo calórico tuvo un varón en el 56 por ciento de los casos, mientras que en el grupo del menor consumo calórico fue un 45 por ciento.
Los científicos sospechan que además de las calorías influyen en el sexo el potasio, el calcio, la vitamina C, E y B12 así como la glucosa. La misma relación ya fue establecida entre caballos, vacas y algunos animales salvajes. Hasta ahora los científicos parten de la base de que el sexo es definido genéticamente por el espermatozoide que fecunda el óvulo. Sin embargo, hasta ahora falta una explicación de por qué en los países industriales nacen cada vez menos varones. Fiona Mathews, de la Universidad de Exeter, dijo que esto probablemente se deba a la expansión de las dietas. Sin embargo, el peso, la salud y el estilo de vida de las embarazadas no tienen incidencia en el sexo del bebé.
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