ARKANSAS | AP
Las leyes que permiten a la policía asumir funciones del servicio de inmigración con frecuencia no distinguen entre indocumentados y personas con papeles, e incluso quienes están en el país legalmente pueden verse demorados y enfrentar situaciones incómodas por el simple hecho de ser hispanos.
Así lo afirman residentes de Arkansas, estado en el que se multiplicaron las redadas y las operaciones en busca de indocumentados desde que se aprobaron leyes que permiten a la policía combatir a los inmigrantes sin papeles.
"Resulta peligroso ser hispano", declaró el activista Jim Miranda, un hispano que defiende los derechos de los inmigrantes.
La propia Policía admite que algunos residentes legales pueden ser detenidos en averiguación de antecedentes. "En estas investigaciones se va a ver afectada gente inocente", expresó el alguacil del condado de Washington Tim Helder. "Si hay en un lugar 19 personas que podrían o no estar ilegalmente en el país, las vamos a investigar. Y por más que esa gente no esté cometiendo infracción alguna, se va a ver envuelta en la investigación".
La población hispana de Arkansas se ha multiplicado aceleradamente y en la actualidad hay 141.000 hispanos, comparado con los 17.000 que había en 1980, según la Oficina del Censo. La mayoría vive en el noreste del estado, donde se encuentran las sedes de Wal-Mart Stores, Tyson Foods y la empresa de transportes J.B. Hunt Transport Services. Numerosos hispanos trabajan para esas firmas.
"Son buenos trabajadores. Ponen empeño, por lo menos la mayoría", declaró el alguacil del condado de Benton Keith Ferguson. Los hispanos son como cualquier otro. Hay gente buena y gente mala.
Los malos generan mucho malestar. El alcalde de Rogers Steve Womack dice que promovió una legislación que permite a la policía asumir funciones del servicio de inmigración luego de que un indocumentado le disparó a un policía encubierto que quiso arrestarlo.
Fue uno de tantos funcionarios municipales a lo largo y ancho del país que tomaron cartas en la cuestión migratoria al ver que el Congreso nacional no lograba pasar una reforma.
Las ciudades de Rogers y Springdale, y los condados de Benton y Washington inscribieron 19 agentes en un programa de entrenamiento en las funciones de inmigración. Helder dice que la comunidad hispana pronto se dio cuenta de que las cosas se ponían más duras.
Helder afirma que indocumentados que se sospecha están envueltos en el tráfico de drogas o la falsificación de documentos desaparecen de sus casas luego de recibir una primera visita de la policía, sin esperar a que los agentes vuelvan con una orden de detención.
"La comunidad se da cuenta de que nuestra campaña es seria", expresó Helder. Cuando los agentes regresan, lo único que encuentran es las perchas sin ropa.
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