ALICANTE, España | EFE
El océano Ártico podría quedar libre de hielo en los meses de verano a partir de 2015 ó 2020 a causa, entre otros motivos, de la aceleración del cambio climático y ello supone reducir en cerca de 80 años las previsiones iniciales de la comunidad científica, según el oceanógrafo español Carlos Duarte.
"En tan solo tres años, los investigadores han pasado de predecir esta reducción del hielo del Ártico del 2100 al 2040, y ahora ya se habla del 2020 ó 2015", afirmó Duarte en una rueda de prensa.
Doctor en Ciencias Biológicas, investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados y ex presidente del Comité Español de Geosphere and Biosphere, Duarte advirtió de la aceleración progresiva de la pérdida de hielo en el Ártico, después de haber dirigido en el 2007 una expedición científica a la región.
Antes del 2005, explicó, "parecía que el deshielo era un proceso paulatino, por lo que se calculaba la desaparición de la cubierta de hielo en verano para 2100", pero en el 2005, añadió, "se produjo una pérdida muy importante", lo que aceleró esta previsión al 2040.
Sin embargo, en verano de 2007 se produjo "el deshielo más abrupto" del Ártico, ya que, según sus cálculos, "se fundieron unos 20 kilómetros de extensión de hielo al día".
Preguntado sobre las causas de este fenómeno, Duarte dijo que la comunidad científica no ha podido aún concretar las causas de este deshielo, si bien ha apuntó varias hipótesis.
Una de ellas hace referencia al aumento de la temperatura en la atmósfera, que en 2007 registró "la mayor magnitud térmica" al situarse en unos 20 grados, el doble que el registro medio de los últimos años.
Además, indicó como posible causa la alteración de la temperatura en la circulación oceánica en el Ártico, "pues es un océano muy vulnerable al cambio climático", y el aumento del flujo del agua cálida entre los océanos Atlántico y Ártico.
No obstante, afirmó que si bien este proceso "no tiene efectos importantes en el nivel del mar", sí que afecta a su biodiversidad, especialmente a especies de animales en peligro de extinción, como el oso polar y las morsas, así como al plancton.
Duarte precisó que el hielo del Ártico contiene una elevada cantidad de contaminantes, por lo que cuando se deshace entra a formar parte de la cadena trófica y repercute tanto a personas como animales; los esquimales tienen, así, un nivel de contaminantes en sangre muy superior al de cualquier otra sociedad.
El oceanógrafo destacó que bajo el hielo del Ártico se localiza, aproximadamente, "el 25 por ciento de las reservas mundiales de recursos petrolíferos y gaseosos aún por descubrir".
También destacó que la desaparición de las placas de hielo facilitará un aumento de las explotaciones de estos recursos, lo que podría provocar una "fiebre del oro" y desencadenar conflictos.
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