Aceptan una resolución de la OEA que reconoce que Bogotá violó la soberanía del país ecuatoriano, aunque no la condena .
Ecuador y Colombia daban ayer en la Organización de Estados Americanos (OEA) un paso de gigante para salir de la crisis que mantiene en vilo a la región al aceptar que el texto de una resolución sobre el tema, admita pero no condene a Bogotá por violar la soberanía y el territorio ecuatoriano y negociaban otro punto sobre la lucha contra el terrorismo. Paralelamente, el gobierno ecuatoriano continuó una ofensiva internacional buscando apoyos tras el ataque militar colombiano contra el campamento de las FARC en Ecuador en el que murió Raúl Reyes.
«Hay reconocimiento (en el documento) de que Colombia violó la soberanía del territorio del Ecuador», comentó uno de los presentes en Washington. Los 34 miembros tendrán que adoptar por consenso la resolución.
El martes, el embajador colombiano Camilo Ospina mostró en la OEA los documentos sacados del ordenador del fallecido jefe de la guerrilla. Recibió el respaldo incondicional de Estados Unidos. Sin embargo, el resto de los 34 países miembros -unos con más ímpetu que otros- condenaron cualquier intervención territorial. Defendieron la lucha contra el terrorismo pero favorecieron investigar las acusaciones contra Venezuela y Ecuador respecto a su apoyo o vínculos a la guerrilla de Manuel Marulanda.
El presidente Rafael Correa resumía ayer las exigencias de su país al concluir la reunión con su colega brasileño Luis Inacio Lula da Silva, uno de los primeros en moverse buscando recomponer la paz entre sus vecinos: «que la OEA se pronuncie rápidamente en favor de la inviolabilidad del territorio; que se cree una comisión investigadora y que la asamblea de cancilleres (de la OEA) condene al agresor».
Reunión de cancilleres
Uno de los escollos se refería a si la comisión debía ser «investigadora» como quería Quito o de «exploración» de alternativas políticas que proponía Bogotá porque al admitir el hecho considera que no hace falta verificarlo 'in situ'. Otro era la condena a Colombia por «violación de soberanía». Ospina se negó aceptar esos términos pero accedió -y también Ecuador- expresar la idea con otras palabras. El tercer punto en discordia se superó la víspera al fijar una reunión de cancilleres en la OEA para el 17 de marzo.
Por otro lado, Uribe aplicó ayer un ligero bálsamo al anunciar que aceptaba considerar su decisión de denunciar a Hugo Chávez ante la Corte Penal Internacional. Venezuela acababa de desplegar sus tropas en la frontera, aunque adelantó que no las cerrará.
«Amenaza continental»
El vicepresidente de Colombia, Francisco Santos Calderón, advirtió ayer de que la «alianza» entre el presidente venezolano, Hugo Chávez, y la guerrilla de las FARC es «proyecto continental» que constituye «una amenaza» de gran alcance. Santos realizó estas declaraciones tras reunirse en Bruselas con el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Javier Solana.
Aunque la tensión parece haberse atenuado, todavía continúa latente entre Venezuela y Colombia con el intercambio de acusaciones, a lo que se suma la llegada de más tropas venezolanas a la frontera común. Más del 85% de estas fuerzas destinadas a reforzar la frontera ya se encuentran en los lugares asignados.
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