El grupo es parte de 108 trabajadores despedidos el año pasado, que ganó un juicio laboral.
Acuden todos los días a las 08:30 a la empresa, marcan con la huella digital su entrada y de ahí, hasta las 17:00 en que registran su salida, no pasa absolutamente nada. Y es literal.
Son 44 trabajadores de Pacifictel que desde diciembre pasado se mantienen improductivos en la telefónica.
Aun así, cobran normalmente sus sueldos (de $ 400 a $ 800 en promedio), pues eran parte de 108 funcionarios que la administración despidió el 15 de noviembre del 2007, pero plantearon un juicio laboral en la Subsecretaría de Trabajo del Litoral y lograron su reintegro.
En el acta transaccional firmada el 10 de diciembre del 2007, por Walter Guerra, presidente ejecutivo de Pacifictel; Marlon Ortiz, presidente del Comité de Empresa; y Antonino Alarcón, subdirector de Mediación Laboral del Litoral, consta la orden de regreso de 48 empleados y el compromiso de mantener sus contratos bajo las condiciones anteriores.
Pero eso no ocurrió, se quejan estos trabajadores que desempeñaban tareas de mantenimiento de centrales, equipos, empalme de cables, y demás.
La disposición de la empresa fue que laboren en El Trial, un edificio administrativo, situado en las calles Manuel Galecio y Ximena, en donde no hay vacantes, ni tienen funciones específicas que cumplir.
Sus días, entonces, transcurren entre la recepción y la puerta de ingreso al inmueble, leyendo periódicos, conversando, “vagando”, reconocen ellos. Ese aburrido ritmo agotó a cuatro compañeros (por eso quedan 44) que prefirieron acogerse a la jubilación, dada su antigüedad en la compañía.
El resto permanece allí, ocho horas al día. No hacerlo sería causal de despido por abandono del “trabajo”, comenta Luis Castillo (70), quien denuncia el caso porque se puede jubilar.
“Al principio uno piensa: qué bien ganar sueldo sin sudarlo, pero a la larga hace daño. Las líneas se cayeron en la vía a Daule en diciembre y a nosotros, en lugar de mandarnos allá a hacer lo que sabemos, prefieren tenernos aquí como unos inútiles”, dice Jaime Medina, con 33 años de antigüedad.
Igual queja tienen Luis Sojos, con 31 años de labores y quien daba mantenimiento a repetidoras en El Oro; Víctor Medina, con 28 años; David Romero, con 30 años; Carlos Ramos, con 34, y el resto de reintegrados.
En el grupo, además, están dos mujeres que pasan dentro de oficinas sin nada que hacer, y dos minusválidos: Oswaldo Amaya y Ángel Bohórquez, con 33 y 27 años de antigüedad.
El despido de los 108 trabajadores en noviembre pasado, según Pacifictel, respondió a un proceso de reingeniería administrativa para reducir gastos y elevar la productividad. Tras el reclamo de los despedidos, la Subsecretaría de Trabajo ordenó reintegrar a un grupo y pagar sus liquidaciones al resto.
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