Washington, 5 dic (EFE).- El cambio climático y la deforestación podrían destruir o al menos dañar gravemente el 55 por ciento del bosque amazónico de ahora al 2030, según un informe publicado hoy por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés).
La publicación del estudio, titulado "Los círculos viciosos de la Amazonía: sequía y fuego en el invernadero", coincide con la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático de Bali.
El documento revela que la deforestación de la Amazonía podría liberar entre 55,5 y 96,9 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, la cifra equivalente a más de dos años de emisiones globales de gases de efecto invernadero, en las próximas décadas.
Además, la destrucción de esta área, según el reporte, eliminaría uno de los principales estabilizadores del sistema climático global.
"La importancia del bosque amazónico para el clima global no puede ser minimizada", dijo Dan Nepstad, científico principal del centro de investigación Woods Hole, en Massachusetts.
"Es esencial no solo para enfriar la temperatura del mundo, sino que es, a la vez, una fuente de agua dulce de tal magnitud que podría bastar para incidir en algunas de las grandes corrientes oceánicas", agregó.
De confirmarse los datos que prevé el informe, las precipitaciones disminuirían en un 10 por ciento en el futuro, una sequía que afectaría a un cuatro por ciento más de los bosques.
El texto estima que el calentamiento global reducirá las lluvias en el bosque amazónico en más de un 20 por ciento durante ese periodo de tiempo, especialmente en la región oriental.
Eso provocaría un aumento en más de dos grados centígrados en las temperaturas locales, y de hasta ocho grados centígrados durante la segunda mitad del siglo.
No obstante, el estudio también propone estrategias para detener la deforestación en la zona, como minimizar los impactos negativos de la ganadería y de los proyectos de infraestructura en la zona, así como una acelerada expansión de la red existente de áreas protegidas.
Según el documento, el carbono producido por la conversión de bosques a causa de la siembra de pastos para la ganadería y la agricultura está penetrando la atmósfera en una cantidad de 200 a 300 millones de toneladas anuales.
"Aún podemos detener la destrucción del bosque amazónico, pero requerimos del apoyo de los países ricos", explicó Karen Suassuna, analista de WWF en Brasil.
"Nuestro éxito en la protección de esta zona depende de la velocidad a la que los países ricos reduzcan sus emisiones dañinas al clima, con el fin de desacelerar el calentamiento global", añadió.
Desde el lunes pasado se celebra en la isla indonesia de Bali la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, cuyo reto es fijar las bases de la negociación que deberá llevar en 2009 a la aprobación de un texto que sustituya al Protocolo de Kioto.
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