WASHINGTON, Estados Unidos | AFP
Los que se lamentan de que deben salir a la vereda para dar unas pitadas a un cigarrillo durante su horario laboral, deberían detenerse a pensar en la situación de los estadounidenses, que pueden incluso ser despedidos por fumar aunque no lo hagan en su trabajo.
Esto es lo que le ocurrió a Scott Rodrigues quien demanda a su empleador, una sociedad de mantenimiento de espacios verdes en Massachusetts, por violación de la vida privada y de los derechos humanos.
Según una reciente encuesta, a la mayoría de los estadounidenses este despido les parece injusto, y sólo un 7% considera que los empleadores deberían poder despedir a los trabajadores que fuman.
Rodrigues, de 31 años, especializado en la aplicación de pesticidas, explica que cuando la empresa lo contrató, los directores le indicaron que intentaban convertir la compañía en una empresa de no fumadores.
Rodrigues logró reducir en unos meses su consumo, de un paquete diario a cinco cigarrillos, mediante el uso de sustitutos a base de nicotina.
Pero fue despedido a los seis meses de su contratación cuando un test indicó que tenía una alta concentración de nicotina en sangre.
"Mascaba un chicle de nicotina mientras me dirigía a hacer la prueba. Es lo que les señalé", explica Rodrigues.
"Un análisis de orina muestra un resultado de nicotina positivo si se masca un chicle que la contiene", explica a la AFP Marion Adler, médico especializado en la desintoxicación del tabaco del hospital francés Antoine-Beclère, cerca de París.
"También se puede proceder a un test de monóxido de carbono muy sencillo. Si se fuma, es positivo, si no se fuma, no lo es", explica Adler.
Consultada al respecto, la empresa no precisó a qué tipo de prueba se había sometido Rodrigues, indicando únicamente que su caso se inscribía en la política global de la compañía que trata de promover una vida sana entre sus empleados.
La empresa construyó un centro de bienestar de cinco millones de dólares, junto a su sede en Ohio (norte), para ayudar a sus empleados a dejar de fumar o perder peso.
El oncólogo Frank Settipani, director de una clínica en Colorado, estima que los directivos que prohíben fumar a sus empleados y a continuación realizan tests de nicotina les envían un mensaje confuso.
"Parece que (las empresas) quieran que sus empleados ya no tengan humo en los pulmones; pero las pruebas de nicotina significan que lo que esperan de ellos en realidad es que dejen la nicotina (que puede provenir del chicle), que resulta tan adictiva como la cocaína, la heroína o el alcohol", explica Settipani.
Meritain, una gran compañía estadounidense de servicios en el campo de la salud, también lleva a cabo una política antitabaco. Sus trabajadores en Michigan (norte) pueden ser suspendidos, así como sus salarios, e incluso despedidos si no respetan esta conducta.
Los estados de Michigan y Massachusetts forman parte de los 20 estados norteamericanos que carecen de leyes que amparen a los fumadores, establecidas en los 80 a petición de las grandes tabacaleras, destaca el abogado anti-tabaco Ed Sweda.
En estos estados las empresas pueden discriminar a los fumadores, sin importar "que sea justo o no, popular o no", revela el abogado. Muchos lo hacen para rebajar sus costos de seguro médico, que en Estados Unidos están a cargo del empleador.
Por su parte, Scott Rodrigues encontró un nuevo empleo: "Trabajo para la competencia. Me llamaron y me dijeron: 'no nos importa si fuma, sabemos que hace un buen trabajo'".
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