lunes, 12 de noviembre de 2007
El avión de Iberia se convirtió en una atracción (fuente elcomercio.com seccion quito )
Cientos de curiosos llegan con cámaras para fotografiar el Airbus, que permanece varado al final de la cabecera norte del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. La aeronave se salió de la pista el pasado viernes.
Quito, EFE
El avión Airbus A340-600, que permanece varado al final de la cabecera norte del aeropuerto "Mariscal Sucre" de Quito, se ha convertido en la mayor atracción para los quiteños, que acuden con todo tipo de cámaras para fotografiarse con el gigante de Iberia.
El pasado viernes, ese vuelo, con 335 pasajeros a bordo y 14 tripulantes, se salió de la pista y fue a parar a una zona de protección en la cabecera norte del aeropuerto, sin causar ni heridos.
El aparato, el de mayor volumen que llega a Quito con pasajeros, bautizado como "Miguel de Unamuno", se deslizó, según testigos, por la pista luego que, presuntamente, estallaran sus neumáticos.
El tren delantero del Airbus quedó enterrado en el césped que hay al final del aeropuerto, a pocos metros de viviendas y talleres, que rodean a la terminal, enclavada en una zona altamente poblada de la capital.
Los barrios vecinos de la cabecera norte del aeropuerto, El Rosario y Rumiñahui, exigen la salida de la terminal de la ciudad, pues recuerdan otros accidentes fatales ocurridos en ese sitio en el pasado.
Es una tragedia con felicidad", aseguró uno de los habitantes del lugar, que advertía de la posible destrucción que hubiese causado el avión, si llegaba hasta la zona poblada.
Sin embargo, cientos de curiosos han decidido ir al lugar para ver, tan cerca como les es posible al Airbus de Iberia, para tomarse fotografías de recuerdo.
El avión permanece en la zona del aeropuerto, pero a menos de 50 metros de la cancha de fútbol del barrio Rumiñahui, que no ha suspendido su actividad, pues se sigue disputando un torneo, con más gente en las gradas y en los alrededores, aunque los jugadores no son los protagonistas principales.
"También han venido gringuitos (extranjeros) a tomarse fotos", señala una mujer, que advierte entre la muchedumbre a varios turistas.
En la Avenida del Maestro, en el extremo de la cancha de fútbol, habitualmente calmada, se ha producido congestión de tráfico y leves roces entre los automóviles, pues los conductores paran para observar al avión, mientras lo que vienen atrás, también despistados, frenan a raya para no chocar con los de adelante.
Incluso, una decena de vendedores ambulantes se han acercado al sitio para vender alimentos y algunas personas, con cámaras en mano, ofrecen vender retratos a las personas, con el fondo del Airbus.
La mayoría de curiosos dirige las cámaras incorporadas de sus celulares para grabar el suceso y muchos especulan sobre las causas del accidente, indagadas por una Junta de Investigación de Accidentes (JIA) de la Dirección de Aviación Civil (DAC) de Ecuador.
El avión ha sido acordonado con una cinta que advierte la prohibición de cruzar hacia el aparato, que sólo es visitado por los investigadores y personal autorizado por la DAC.
De vez en cuando se puede observar el aterrizaje o despegue de los pocos aviones que son autorizados a hacerlo en el aeropuerto, que desde la tarde del viernes, después del percance, fue cerrado, pero que reanudó sus operaciones al mediodía del sábado, con restricciones.
Las autoridades ecuatorianas suspendieron las operaciones de Iberia en el aeropuerto de Quito, mientras algunos vuelos han sido trasladados a los aeropuertos de Guayaquil, 420 kilómetros al oeste de la capital, o al de Latacunga, 90 kilómetros al sur, donde son conducidos los pasajeros en autobuses.
Los quiteños no salen del asombro por el suceso y se preguntan cómo y cuándo retirarán al Airbus de la cabecera norte, aunque aprovechan el tiempo en que está allí para observarlo.
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