viernes, 26 de octubre de 2007
Un análisis de dos neandertales demuestra que eran pelirrojos
Los autores creen que había variantes entre castaño claro y rubio, pero no moreno
• El ADN analizado, procedente de fósiles de Asturias y Verona, tiene hasta 50.000 años
El Clan del Oso Cavernario, sus trepidantes secuelas y otros bestsellers de ámbito paleolítico contribuyeron en los años 80 y 90 a perpetuar una imagen errónea de los neandertales. Su autora, Jean M. Auel, describía a los humanos que dominaron Europa durante más de 100.000 años como de tez oscura y pelo moreno, mientras que los sapiens, nuestros antepasados recién llegados de África, presentaban tonos claros, incluso rubios. Auel desafiaba a la lógica biológica, que sostiene que las especies tienden a aclarar sus pigmentos para adaptarse a territorios con menor radiación solar. Un estudio internacional con nutrida participación española acaba de demostrar que, efectivamente, la documentada novelista estaba equivocada.
Un sorprendente análisis genético de dos individuos neandertales, cuyos restos óseos se han conservado milagrosamente, ha confirmado que tenían la piel clara, posiblemente con pecas, y que además eran pelirrojos, explica a este diario el primer responsable del estudio, Carles Lalueza-Fox, genetista de la Universitat de Barcelona (UB). Sin embargo, prosigue, lo más seguro es que los cabellos de los diferentes neandertales mostraran una gama más variada, desde el castaño claro hasta el rubio puro. Pero no morenos. Los restos fósiles utilizados en el trabajo proceden de los yacimientos de El Sidrón (Asturias) y Monti Lessini, cerca de Verona (Italia), y tienen 43.000 y 50.000 años de antigüedad, respectivamente. Los detalles de la investigación se publican en la revista Science.
RECUPERAR UN GEN
Los científicos han logrado determinar el color del cabello y de la piel tras recuperar en los fósiles un gen llamado MC1R. O, más exactamente, han descubierto una variante del gen que, aunque no se encuentra en humanos modernos, "se ha comprobado in vitro que tiene el mismo efecto que las variantes que provocan que actualmente haya humanos pelirrojos".
Para entender el proceso deben tenerse en cuenta tres aspectos: primero, que el MC1R es una proteína localizada en las células que fabrican la melanina, el pigmento responsable del color de la piel, de los ojos y del pelo; segundo, que hay dos tipos de melanina: la eumelanina (color marrón oscuro) y la feomelanina (color rojizo). Y tercero, que el MC1R regula la síntesis de uno u otro pigmento mediante la interacción con otra proteína, la MSH.
Hoy sabemos, dice Lalueza, que "hay diversas mutaciones que hacen que la MC1R no interaccione bien con la MSH y se sintetice exclusivamente feomelanina", es decir, que surjan individuos de pelo rojo y piel clara. En cambio, en las poblaciones africanas, sometidas a una fuerte radiación solar por motivos geográficos, la selección natural ha eliminado la aparición de esa variante.
Para comprobar si la mutación que crea sapiens pelirrojos tendría el mismo efecto en los neandertales, científicos del Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania) introdujeron in vitro el gen MC1R en células pigmentarias. Y luego las hicieron interaccionar con la MSH. Como resultado, constataron un efecto parecido al que se observa en las variantes pelirrojas de los humanos actuales.
GOLPE DE SUERTE
Lalueza tuvo un golpe de suerte, admite él mismo, porque se le ocurrió analizar un gen y obtuvo resultados a la primera: "Fue como hallar una aguja en un pajar. Los genomas de humanos modernos y neandertales deben de tener 30.000 millones de pares de bases, pero únicamente se diferenciarán en un millón". Además de Lalueza, en el trabajo han participado también, entre otros, Holger Römpler (Universidad de Leipzig), Javier Fortea y Marco de la Rasilla (Universidad de Oviedo), Antonio Rosas (Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid) y Jaume Bertranpetit (Universitat Pompeu Fabra).
El investigador catalán destaca que estudios genéticos de este tipo están descubriendo rasgos externos de los neandertales imposibles de determinar hace unos pocos años. Por cierto, Auel se equivocó de color en 1980, pero no Jean Jacques Annaud en su película En busca del fuego, de 1982. Sus neandertales ya eran premonitoriamente rubios.
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