Según un estudio, ambas enfermedades se alimentan mutuamente - Una afección provoca, en la mayoría de los casos, una caída en el otro problema .
Una investigación de un científico estadounidense presentada en un congreso médico europeo comprobó que quienes sufren paros cardíacos luego pueden experimentar depresión y que, a su vez, quienes se deprimen tienen mayores riesgos de sufrir enfermedades coronarias.
Según estudios del neurólogo norteamericano Alexander H. Glassman, alrededor de un quinto de los enfermos del corazón suelen padecer depresiones y, al mismo tiempo, las personas que sufren de depresión pueden sufrir infartos con mayor frecuencia, por lo que ambas enfermedades se alimentan mutuamente.
El informe indicó que el porcentaje de quienes han sido afectados por complicaciones coronarias y luego caen en depresiones varía entre el 17 y el 27.
La relación entre ambas enfermedades se hace más evidente ante el hecho de que aquellos que se deprimen tras un infarto tienen entre el doble y el triple de posibilidades de padecer otro ataque cardíaco, expresó el estudio.
Así lo sostuvo Glassmann en el Congreso Europeo de Neuropsicofarmacología, que se celebró hasta mañana en Viena, Austria, según lo consignado por la agencia DPA.
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