Tras críticas, princesa noruega ya no promete encuentro con ángeles

OSLO, Noruega | DPA

Tras haber sido acusada de embustera, la princesa Marta Luisa de Noruega, que está convencida de tener poderes extrasensoriales, ya no promete a sus compatriotas encuentros personales con ángeles.

La princesa de 35 años borró del programa de los cursos de su "Engleskole" (Escuela de ángeles) la "garantía" de un encuentro con esos seres. Ahora solo se lee en la página web que la hija del rey Harald V "intentará entrar en contacto con ángeles" junto con los participantes en los cursos.

Los medios noruegos criticaron como nunca antes a Marta Luisa, hermana mayor del heredero, el príncipe Haakon, de 33 años, por sus actividades comerciales como supuesta sanadora y formadora de sanadores.

"Segundo curso de fin de semana, 14 al 16 de septiembre: En este curso, entras en contacto con ángeles y aprendes a generar milagros celestiales para tu vida", podía leerse en el sitio de la escuela.

La autopromoción comercial de Marta Luisa como narradora de cuentos y otras actividades que ella llama de "mediación cultural" siempre fue tomada con escepticismo por la opinión pública, pero tolerada.

Sin embargo, la promesa de encuentros extrasensoriales a cambio de dinero fue para muchos la gota que colmó el vaso. "Si la princesa cobra 24.000 coronas (unos 4.000 dólares) por enseñar a la gente a hablar con ángeles, eso sencillamente es una estafa", escribió el "Finansavisen", que añadió que Marta Luisa se encuentra al mismo nivel que videntes, curanderos y demás embusteros.

Expertos en los derechos de los consumidores están seguros de que prosperarían las demandas por el incumplimiento de la promesa de contacto directo con los ángeles.

Y desde la Iglesia evangélica estatal, cuyo líder legal es el rey Harald, se pidió a la princesa que abandonara sus filas.

Marta Luisa no reaccionó al reclamo, pero tras las críticas estuvo de baja por enfermedad durante dos semanas, mientras la corte en Oslo calla respecto de sus actividades "celestiales".

Solo su cuñada, la princesa Mette-Marit, acudió en su ayuda: "Muchas personas tienen manos cálidas y buenas, pero ella tiene en las suyas un pequeño sol". Entre otras cosas, aseguró Mette-Marit, Marta Luisa le ayudó a superar su miedo a volar y sus dolores en el bajo vientre.