Las personas que dejan de tomar sus medicinas para reducir el colesterol después de sufrir un infarto, tienen un riesgo mucho mayor de morir, señala una investigación llevada a cabo en España.
El estudio a pequeña escala de la Universidad de Santiago de Compostela sugiere que las posibilidades de morir, o de necesitar cuidado a tiempo completo, son cinco veces más altas si este tipo de medicación es interrumpido.
El artículo, publicado en la revista Neurology, aconseja a los médicos seguir suministrando los fármacos para reducir el colesterol a los pacientes de infarto.
Sin embargo, algunos expertos plantean la necesidad de realizar más estudios sobre el tema antes de que se apliquen tales recomendaciones.
La noticia se conoce luego de que la publicación médica especializada The British Medical Journal informara que el Reino Unido está detrás del resto de Europa en cuidado de infarto.
El infarto o apoplejía, es la tercera causa de muerte en el Reino Unido, con 60.000 decesos anuales.
Un informe de la Oficina Nacional de Auditorias británica del año 2005 indicaba que 550 de esas muertes podrían evitarse, y 1.700 pacientes podrían recuperarse plenamente, si el cuidado médico estuviera mejor organizado.
Sobrevivir al infarto
Existen ciertas pruebas de que las personas que tomando medicinas contra el colesterol en el momento que sufren un infarto, sufren menos daños a consecuencia del mismo.
Esto podría explicarse por el hecho de que esos fármacos mejoran la función de los vasos sanguíneos y del flujo de la sangre.
Sin embargo, el estudio de la universidad compostelana encontró una enorme diferencia en la salud de los pacientes que siguieron tomando sus medicinas cuando llegaron al hospital después de sufrir un infarto.
Los investigadores hicieron un seguimiento del progreso de 89 pacientes de infarto que estaban tomando la medicación.
En los primeros tres días después del infarto, 46 pacientes dejaron de recibir la medicina, y 43 tomaron su dosis normal.
Después de tres meses, 27 (60%) de los 46 pacientes que no recibieron medicinas contra el colesterol habían muerto o quedado minusválidos, hasta el punto de que necesitaban ayuda para vivir una vida mejor.
Pruebas y dudas
Del segundo grupo de 43 pacientes que continuaron tomando su dosis normal, sólo 16 (37%) murieron o quedaron minusválidos.
"Estos resultados respaldan de manera muy fuerte la recomendación de continuar tomando las medicinas para reducción del colesterol durante la fase aguda de infarto", dijo el director de la investigación, José Castillo.
No obstante, el doctor Anthony Rudd, del Hospital Guy´s and St. Thomas de Londres, dice que las pruebas de los beneficios de esas sustancias durante un infarto eran contradictorias.
"Éste es un estudio muy pequeño, y hay que realizar estudios más amplios antes de sacar conclusiones firmes", dijo.
Rudd agregó que los hospitales, en general, le permitían a los pacientes continuar con su medicación, pero dijo que había ciertas dificultades.
"Un problema práctico es que más del 30% de los pacientes de infarto tienen dificultades para tragar, y esa puede ser un obstáculo para ellos continuar ingiriendo su medicina de manera normal", afirmó.
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