Con 21 años, dos detenciones y una causa pendiente con la justicia, la actriz norteamericana ingresa de nuevo en un centro
REDACCIÓN | MADRID
Dicen que a la tercera va la vencida. O al menos eso parece pensar la actriz estadounidense Lindsay Lohan, que vuelve a enzarzarse en su lucha contra el alcoholismo en el que se constituye como el tercer ingreso en un centro de intoxicación, esta vez en el centro de desintoxicación Cirque Lodge, en el Estado de Utah.
Su primer escarceo con las autoridades tuvo lugar el pasado 26 de mayo, cuando fue arrestada por conducir bajo los efectos del alcohol tras sufrir un accidente con su coche. En esa ocasión Lohan ni siquiera tenía la edad legal para poder consumir alcohol en Estados Unidos, establecida en 21 años.
Un par de meses después, con 21 años recién cumplidos y el carnet de 'bebedora legal' en la mano, la actriz fue detenida un 24 de julio por conducir ebria y por posesión de drogas. Y eso que llevaba, voluntariamente, un dispositivo en el tobillo que la avisaba en todo momento de su nivel de alcoholemia, al que no parece que prestara mucha atención.
Tras sus encontronazos con la Policía, la joven comenzó su periplo por los centros de desintoxicación, primero en Wonderland, en Los Ángeles, Promises, en Malibú y ahora en Cirque Lodge, bien alejado del ajetreo de Hollywood. Mientras, se prepara para su cita con la justicia el próximo 24 de agosto y puede recibir una condena de hasta seis años de cárcel, de ser considerada culpable de todos los cargos.
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