miércoles, 8 de agosto de 2007

Hartos de mentiras, colombianos usan detector de mentiras en TV

BOGOTÁ, Colombia | AP


¿Alguna vez fue infiel a su pareja? ¿Le robó dinero a su jefe? ¿Se considera una mejor persona que su suegra?

Cada noche, muchos colombianos se reúnen frente al televisor para ver a personas retorciéndose para responder preguntas íntimas en un nuevo programa que ha sacudido a esta nación cansada de engaños.

El formato de Nada más que la verdad es tan simple como cruel: responder con la verdad a 21 preguntas de naturaleza cada vez más íntima después de las cuales los participantes salen con 50.000 dólares.

Pero di una mentira y la prueba con el detector de mentiras que hacen tras bambalinas te delatará ante una audiencia formada por amigos y familiares.

El canal Caracol le compró la idea al productor angelino Howard Schultz, quien también le vendió un piloto a la cadena Fox que podría sacar el programa en la televisión estadounidense en unos meses. No solamente está obteniendo alta popularidad, sino también está causando un auge en el uso de pruebas con detectores.

Desde que el primer programa se transmitió en mayo, el teléfono no para de sonar en True Test, una de las casi 200 compañías que en Colombia cobran unos 65 dólares por examen a sus clientes que incluyen aerolíneas, bancos, multinacionales y ocasionalmente a parejas en riña.

Pasé de recibir cinco indagaciones a la semana a 10 al día, dijo el propietario de True Test, Juan Villota.

Ni reuniendo todo el dinero de los poligrafistas de Colombia se podría nunca lograr ese tipo de publicidad, agregó al referirse al programa de televisión.

La verdad sea dicha, el auge sólo es sobrepasado por la controversia que el programa despertó. Un exhaustivo estudio en el 2003 de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos concluyó que las pruebas de polígrafo no son suficientemente acertadas para confiar en ellas como herramientas de exploración de antecedentes.

La Asociación Estadounidense del Polígrafo dice que aunque los detectores no son perfectos, representan una herramienta valiosa combinada con otras técnicas.

El grupo trató de retirar del aire el sensacionalista programa, temiendo que pudiera revivir viejos estereotipos del polígrafo como una seudocientífica máquina de la verdad. Es el tipo de abusos que hemos tratado de impedir por años, dijo Donald Krapohl, presidente del grupo basado en Chattanooga, Tenesí.

Pero la cadena se sostiene en su posición. Mi trabajo es producir entretenimiento, no ser fiscal, dijo Cristina Palacio, la ejecutiva de Caracol que le compró el programa a Schultz.

El programa ha probado ser una catarsis para algunos concursantes plagados de remordimientos.

Antes de llegar al programa, la maestra de inglés Lidia Villamil le ocultaba a su familia el secreto de que aprendió ese idioma mientras pagó una condena de cinco años de prisión en Estados Unidos por transportar drogas.

Me siento aliviada, en paz con Dios y mi familia, dijo Villamil luego de su confesión pública.

Schultz, el creador de programas de realidad simulada como Next de MTV y Extreme Makeover de ABC, dijo que el gran éxito en Colombia también motivó a televisoras de Brasil, Francia y el Reino Unido a acelerar la producción de sus propias versiones.

En los Estados Unidos, el Congreso prohibió en 1988 el uso del polígrafo para todos los empleadores excepto a un selecto grupo de firmas de seguridad y al gobierno pero no contempló su uso para entretenimiento.

En Colombia y en la mayoría de países en vías de desarrollo, los detectores de mentiras no están regulados.

Para nosotros es un procedimiento común, como un examen médico en el que si fallas, no te contratamos, dijo Nelson Tovar, presidente de la perforadora petrolera Mettco S.A., cuyos clientes multinacionales son frecuentes blancos de saboteadores de la guerrilla y secuestradores.

Los animadores de Caracol dirigen su mirada a los políticos también.

Palacio quiere atrapar a algunos dirigentes electos ante las cámaras para que traten de limpiar sus nombres y sustraerse a un escándalo que conmociona Colombia. Más de una docena de congresistas están presos y enfrentan condenas de hasta 12 años de prisión por supuestamente beneficiarse de conspiraciones urdidas con grupos paramilitares de extrema derecha.

Eso dice algo sobre el poder de la televisión o del hartazgo de los televidentes a su cultura de decepciones.

La razón por la que el show ha atraído tanto, es porque los colombianos estamos cansados de escuchar mentiras, sentenció Palacio.

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