martes, 10 de julio de 2007

Los agresores del estómago se comercializan libremente

Los pacientes pierden peso y sus glóbulos rojos disminuyen.

El dolor a la altura de la boca del estómago después de ingerir diclofenaco era insoportable para Elisa Moncada, de 56 años una paciente del Hospital Teodoro Maldonado Carbo del Instituto de Seguridad Social.

“Como sufro de artrosis, dolores en los huesos y rodillas, el médico me recomendó este medicamento (diclofenaco), pero semanas después mi estómago ya no lo resistía”, relata mientras espera su turno en la consulta del Servicio de Gastroenterología. “Ya me hice la endoscopia porque el médico sospecha que tengo una úlcera y hoy vengo a que me den los resultados. Le cogí miedo a esas pastillas y he dejado de tomarlas”, menciona.

Al igual que ella son innumerables las personas que hoy son víctimas de una gastritis irritativa, que ocurre a consecuencia de la ingesta de ciertos medicamentos con una acción tan fuerte que irritan la capa que recubre el estómago.

Estos fármacos son los conocidos y muy publicitados antiinflamatorios con una acción de combatir dolores y que se expenden sin receta médica en cualquier farmacia. “Al hablar de gastritis nos referimos a una inflamación de la mucosa gástrica que es causada por varios factores”, explica el gastroenterólogo Iván Nieto Orellana.

Dolor en la boca del estómago, acidez, agrieras, eructos y náuseas son algunos de los síntomas de la gastritis y en casos más avanzados hay pérdida de peso, vómitos y una disminución de glóbulos rojos.

Sin embargo, la gastritis más peligrosa es la que no da síntomas, según el gastroenterólogo Carlos Ledesma Ginatta.

Aunque está íntimamente ligada a la gastritis, la úlcera es una pérdida de sustancias en la pared del estómago. Es decir que en esta, hay la presencia de una penetración o llaga que puede evolucionar al cáncer gástrico si no es tratada.

Según Ledesma existen gastritis de diferentes etiologías, la más común en el Ecuador y en el mundo es la producida por una bacteria llamada Helycobacter pylori, que llega al estómago a través de comida y agua contaminadas. “Por un mecanismo inmunológico esta bacteria produce una reacción inflamatoria en las paredes del estómago”, explica.

El 80% de las causas de gastritis es la infección por Helycobacter pylori, el porcentaje restante se refiere a reflujo biliar (gastritis alcalina), factores emocionales, desórdenes alimenticios, ingesta excesiva de alcohol o por la toma crónica de fármacos como los antiinflamatorios y el ácido acetilsalicílico, que son la principal causa de úlcera gástrica o duodenal no ocasionada por helycobacter.

El tratamiento de la gastritis depende de la causa. Cuando es de origen bacteriano se prescribe antibióticos por un tiempo determinado. “Al tomar estos componentes el paciente sentirá un leve malestar estomacal pero el antibiótico no provoca daño, lo que da son efectos secundarios”, aclara.

“Como la acción del antibiótico es matar bacterias si este se ingiere por demasiado tiempo vamos a destruir la flora bacteriana normal que habita en el estómago y que protege las estructuras”, añade el médico.

Por esta razón, el antibiótico debe ser bien usado y dosificado, porque el problema surge cuando el paciente toma un antibiótico por dos días, se siente bien y deja de consumirlo. Al dejar el tratamiento incompleto, la bacteria invasora se vuelve resistente a ese antibiótico y no le va a hacer efecto alguno.

Ledesma hace hincapié en que los antibióticos no son enemigos de la gastritis, al contrario la curan cuando es causada por la bacteria. Lo que ocurre es que el paciente muchas veces asintomático no acude al médico y se automedica, a la primera sensación de ardor estomacal bebe los mal llamados antiácidos (leches de aluminio) que actúan solo como calmantes mientras que se está retrasando el diagnóstico fidedigno de gastritis.

Alimentos
La nutricionista Silvia Cáceres recomienda no fumar, no consumir alcohol, alimentos grasos como carnes de res y pollo que resultan muy difíciles de digerir. Además, los condimentos, preservantes, la pimienta, postres y harinas refinadas que son de difícil digestión; frutas ácidas, etcétera.

Opiniones

Elisa Moncada
Paciente
“Por el dolor en los huesos tomaba esas pastillas pero me irritaban el estómago, ya les cogí miedo ”.

Carlos Ledesma Ginatta
Gastroenterólogo
“El antibiótico mata las bacterias pero si se ingiere por mucho tiempo destruye la flora bacteriana normal”.

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