Revelación. Un ex guardaespaldas de la estrella de la película Chicas pesadas habla de que la artista bebe en exceso, se droga y juega desnuda o con armas.
Por miedo a que muriera durante una de sus guardias, Lee Weaver, el guardaespaldas de Lindsay Lohan, la estrella de la película Chicas pesadas, decidió renunciar a su puesto y contar todo lo que vivió junto a la actriz y cantante, señala una publicación del sitio web adnmundo.com.
“Deseaba morir. Tomaba y se drogaba como nunca antes vi”, aseguró el hombre de 48 años, que ganaba 1.500 dólares a la semana como guardaespaldas. Él ha dicho que está dispuesto a escribir sus memorias y a contar sus experiencias con otros famosos como Kim Basinger, Brad Pitt, Eddie Murphy, Pamela Anderson, Jamie Foxx y Robert Downey Junior.
“Perdí la cuenta de las veces que pensé que tenía una sobredosis y la tuve que sacar de una fiesta. Todas las mañanas respiraba con alivio cuando descubría que seguía viva”, recordó el guardaespaldas.
Luego de que se publicaran fotografías que mostraban a Lindsay jugando con cuchillos, Lee decidió dejar su trabajo. Temía seguir exponiéndose a situaciones riesgosas y también por la vida de la artista.
Recordó cómo una noche la protagonista de Mean Girls le pidió que la acompañara a encontrarse con su vendedor de drogas. La esperó escondido en los matorrales mientras ella compraba. Pero comenzó a escuchar unos gritos y vio que la estrella golpeaba al hombre.
“El hombre sacó un arma. Amenazó con dispararme si no la obligaba a irse. Ella seguía pegándole”, dijo el guardaespaldas. En un descuido, logró pegarle al vendedor y sacarla del lugar. “Ella seguía gritándome que regresara. Ahí supe que era demasiado peligrosa”, confesó.
Lee recordó las noches cuando la actriz y su amiga Nicole Richie tomaban alcohol en exceso, se drogaban y se desnudaban. En una publicación del espacio web wonderones.com se indica que en la entrevista el ex guardaespaldas de Lohan también habla sobre la sexualidad de la actriz y cuenta cómo “utilizaba a los hombres para las drogas y a las mujeres para el placer”.
“Vi incluso cómo una noche intentó manosear el trasero y los pechos de María Carey mientras bailaban juntas”.
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