lunes, 4 de junio de 2007

El deshielo de los glaciares, prueba irrefutable del cambio climático

TROMSOE, Noruega | AFP

El deshielo de los glaciares se aceleró en las últimas décadas, un fenómeno alarmante que evidencia el calentamiento de la atmósfera, revela un informe publicado el lunes por el Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (PNUE).

Los bancos de hielo del Artico retrocedieron entre el 6 y el 7% en invierno (boreal) y entre el 10 y el 12% en verano en el transcurso de los últimos 30 años, indica el estudio presentado en Tromsoe, en el norte de Noruega, la víspera de la Jornada Mundial de Medio Ambiente.

Además, entre el 7 y el 10% de la superficie terrestre nevada del hemisferio norte se fundió durante los periodos de marzo y abril de las últimas tres o cuatro décadas, según el informe.

Consecuencia del calentamiento de la atmósfera, el deshielo es también efecto de la aceleración del cambio climático, subrayan los investigadores.

"La nieve y el hielo reflejan entre el 70 y el 80% de la energía solar, mientras que el agua la absorbe. Si continúan fundiéndose, esto acrecentará el calentamiento climático", explicó en rueda de prensa en Tromsoe Paal Prestrud, uno de los autores del informe.

"Los 6.500 millones de personas de este planeta optaron por una forma de vida basada en una realidad determinada. Esta realidad esta a punto de cambiar aún más rápido de lo que se había previsto", afirmó por su parte el director de la PNUE, Achim Steiner.

Esto significa que la necesidad de "adaptarnos al cambio climático es tan considerable desde el punto de vista de las consecuencias y de los costes económicos, que tenemos que actuar desde ahora", subrayó.

Según los investigadores, alrededor del 40% de la población mundial podría verse afectada por el retroceso de las superficies nevadas y de los glaciares en Asia.

Muchos ríos del continente como el Ganges o el Mekong se nutren del Himalaya, por lo que una reducción del hielo sobre esta cordillera se traduciría en una disminución de los recursos de agua potable e irrigación.

La subida del nivel de los océanos, provocada por el deshielo terrestre, engulliría además las regiones costeras e islas enteras, por ejemplo, desde Bangladesh a Indonesia.

El deshielo contribuiría además a la multiplicación de catástrofes meteorológicas como huracanes e inundaciones, repercutiendo así en las poblaciones, la economía y la fauna.
En el mundo animal, "las especies autóctonas (del Artico) podrían desaparecer puesto que no pueden dejar la región, donde se instalarían nuevas especies, procedentes del sur", precisó Prestrud.

Por ejemplo, el oso polar, especie emblemática del Polo Norte, está amenazado de extinción en las próximas décadas debido al retroceso de los bancos de hielo.

Algunas comunidades ya han empezado a adaptar su modo de vida a la nueva situación climática: en algunas regiones de Groenlandia, donde apenas resiste el casquete glaciar, los cazadores esquimales renunciaron a los trineos por pequeñas embarcaciones.

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