martes, 26 de junio de 2007

Calor interno de la Tierra mantiene a flote a continentes

SALT LAKE CITY | AP


Si no fuera por las rocas candentes que se encuentran por debajo de la corteza terrestre, la mayor parte de Norteamérica estaría debajo del nivel de mar, indicaron investigadores, quienes señalaron que no se le ha dado la importancia debida al calor interno de la tierra.

Sin ese calor, la ciudad de Denver, que tiene una altitud de 1.609 metros sobre el nivel del mar, estaría unos 222 metros por debajo del nivel del mar, de acuerdo con los cálculos de los científicos.

Otras ciudades, como Nueva York, se ubicarían más de 400 metros por debajo de nivel del Océano Pacífico.

De hecho, la mayor parte de Estados Unidos desaparecería con excepción de algunas de las zonas montañosas más altas de la costa del Pacífico, de acuerdo con investigaciones de la Universidad de Utah.

Los investigadores no han tomado en cuenta cómo la roca en la corteza continental y el manto superior se expande con el calor para volverse menos densa y más flotante, dijo Derrick Hasterok, estudiante de posgrado de geología y geofísica.

Hasterok y su profesor, David Chapman, publicaron sus hallazgos en la edición de junio de la revista Journal of Geophysical Research-Solid Earth.

En lo que, según ellos, fue el primer cálculo de su tipo, los investigadores indicaron que el calor interno del planeta constituye la mitad de la razón por la cual la tierra se levanta por encima del nivel de mar o inclusive más alto para formar montañas.

Los científicos ya habían contemplado otros factores de gran peso para explicar las diferencias en la elevación del terreno, tales como la densidad y conformación de las rocas así como de las fuerzas tectónicas.

El equipo de Utah calculó cuánto de Norteamérica se hundiría si se acabara el calor, lo que dejaría regiones relativamente tan frías como el fondo de la vasta corteza canadiense, que es una base de piedra que no ha variado en miles de millones de años.

Estos científicos lograron hacer estos cálculos de temperatura debajo de la corteza norteamericana basados en experimentos previos como rebotar ondas sísmicas a la profundidad del suelo. Las ondas viajan más rápido a través de rocas más frías y densas. Esa información permitió a los investigadores calcular qué partes elevadas del área se deben al grosor y composición de sus rocas y qué tanto se debe al calor y a la expansión de las rocas.

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