En estos días se inicia la presencia de los cetáceos en el mar ecuatoriano. La NOAA reveló que hay 20 000 ejemplares en los oceanos.
Como expertas y ágiles acróbatas, aparecen repentinamente ejecutando brincos y giros espectaculares que rompen las agitadas olas. Mirar la grandiosidad de esta especie marina causa una mezcla de asombro y temor.
Ajena a esas sensaciones que deja un encuentro con estos cetáceos, esta especie marina hace del mar ecuatoriano uno de sus hábitats favoritos desde estos días hasta septiembre.
Con su nado lento, emprenden un viaje desde el Polo Sur en busca de las aguas tropicales para en esta época cumplir con su ritual anual de reproducción.
Si bien también se desplazan por mares de Colombia y de Costa Rica, la bióloga Cristina Castro asegura que prefieren las aguas ecuatorianas. “Los estudios científicos demostraron que las aguas ecuatorianas son el espacio para el nacimiento de las crías y para el cortejo”.
Y el Parque Nacional Machalilla, cuyo espacio marino se caracteriza por las islas e islotes, es uno de los santuarios. El argumento de Castro, quien está dedicada estudiar a esta especie desde hace 12 años, es que escogen esta área por su baja profundidad, condición que evita la presencia de depredadores.
A propósito, estos cetáceos, considerados los animales más gigantes del planeta, en la actualidad viven una situación particular de conservación, a diferencia de muchas otras especies. Los biólogos marinos y las organizaciones protectoras hablan de una recuperación importante de la población.
Incluso la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) señala que ahora están menos amenazadas. Por eso decidió desde el año pasado pasarlas de la categoría Vulnerable a la de Preocupación menor. Esa constituye una señal de que el riesgo de extinción ha disminuido.
Esto se refuerza con un reciente estudio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) que reveló la existencia de 20 000 ballenas jorobadas. Aunque también resaltó que las poblaciones aisladas en el Pacífico occidental aún continúan afectadas. Aparte de que dos subpoblaciones, la arábica y las de Oceanía, siguen amenazadas.
Para Castro, la razón principal es que se endurecieron las protecciones internacionales y locales decretadas a partir de los años setenta.
A escala nacional, las jorobadas, al igual que otros mamíferos marinos, están protegidas a través del Acuerdo Ministerial Nº 196 (Registro oficial Nº 458 del 14 de junio de 1990). Incluye a todas las especies de ballenas presentes en aguas territoriales ecuatorianas (200 millas náuticas) y declara a Galápagos como santuario de ballenas. Además, a partir de 2000, el Ministerio del Ambiente prohibió su cacería.
Asimismo, desde el miércoles 17 se reunirá el Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional, en Portugal, en un intento por reforzar la moratoria sobre la matanza de ballenas.
Las precauciones para el avistamiento
El sábado, 10:00, será el lanzamiento de la temporada de avistamiento de ballenas jorobadas. El Ministerio de Turismo tiene previsto un acto en la comuna La Entrada, Santa Elena.
Puerto López es otro punto de partida para ver ballenas. Incluye paseo a la isla de La Plata.
El tour cuesta USD 40 por persona, más USD 3 ,50 de impuesto. Incluye avistamiento y visita a isla de La Plata.
Los botes para el traslado deben estar matriculados en la Dirección de Marina Mercante. Deben tener radio, chalecos...
La partida es desde puertos vigilados por la Marina, entidad que autoriza los chárteres.
Pero muchos botes autorizados por Turismo solo tienen licencia BP (buque pesquero) y en esta época se dedican al avistamiento.
Se recomienda acercarse máximo a 100 m. Eso evitará percances, pues las ballenas cambian fácilmente de rumbo.
La presencia de muchos botes implica el riesgo de alterar la vida de las ballenas, que hasta pueden mudarse a otras zonas.
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