jueves, 2 de abril de 2009

Mal dormir = mal vivir

BBC Ciencia


Los adultos con problemas crónicos para dormir podrían tener más tendencias suicidas, afirma una investigación.

El estudio descubrió que entre más alteraciones de sueño sufra una persona, más probabilidades de concebir pensamientos de quitarse la vida tendrá.

La investigación -presentada durante el Congreso de la Asociación Psiquiátrica Mundial, en Florencia, Italia- advierte a los médicos que estén alerta si un paciente informa sobre problemas para dormir, incluso si no tiene un historial de trastornos de salud mental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que unas 877.000 personas se suicidan en el mundo cada año.

Y por cada suicidio, hay unos 40 intentos que fracasan.

En el pasado los científicos han vinculado los problemas de sueño con un aumento en el riesgo de la conducta suicida en personas con trastornos psiquiátricos y en adolescentes.

Pero hasta ahora no es claro si esta asociación puede aplicarse también en la población general.

Tipos de problemas

El equipo de investigadores de la Universidad de Michigan, Estados unidos, analizó durante un año la relación entre los problemas de sueño y la conducta suicida en 5.693 estadounidenses.

La presencia de problemas de sueño debe alertar a los médicos para que vigilen a esos pacientes por un mayor riesgo de suicidio, incluso si no tienen un trastorno psiquiátrico

Doctor Marcin Wojnar

Durante esos meses, el 2,6% de los participantes tuvo pensamientos suicidas y el 0,5% llevó a cabo un intento de quitarse la vida.

Los científicos analizaron tres tipos de problemas de sueño: dificultad para dormirse, dificultad para mantenerse dormido y despertar al menos dos horas antes de lo deseado.

Los científicos tomaron en cuenta factores como abuso de sustancias, depresión, trastornos de ansiedad, enfermedades físicas y otros factores sociales como estatus matrimonial y financiero.

La gente con dos o más síntomas de insomnio, dicen los autores, mostraron 2,6 veces más probabilidades de haber llevado a cabo un intento suicida que aquéllos que dormían sin dificultades.

La tendencia más fuertemente relacionada a la conducta suicida fue despertar antes de lo deseado.

Según el doctor Marcin Wojnar, quien dirigió el estudio, "la presencia de problemas de sueño debe alertar a los médicos para que vigilen a esos pacientes por un mayor riesgo de suicidio, incluso si no tienen un trastorno psiquiátrico".

"Nuestro estudio también sugiere la posibilidad de que al analizar los problemas de sueño se podría reducir el riesgo de conductas suicidas", agrega.

Psique atribulada

El científico afirma que los trastornos de sueño y los pensamientos suicidas podrían ser la manifestación de una psique atribulada.

Pero también explica que podría haber un vínculo fisiológico subyacente entre ambos factores que hasta ahora se desconoce.

Los expertos creen que la falta de sueño podría afectar la forma como funciona el cerebro, lo que provoca juicios equivocados y menos capacidad para controlar los impulsos.

También se sospecha que tanto los trastornos de sueño como los pensamientos suicidas podrían estar relacionados a un desequilibrio de la serotonina, un compuesto químico cerebral responsable de regular el ánimo.

El doctor Daniel Freeman, del Instituto de Psiquiatría del King´s College de Londres, afirma que este estudio demuestra que el insomnio es muy común y puede tener un efecto importante en el bienestar psicológico de la persona.

"Es muy plausible que los pensamientos suicidas, que ocurren cuando estamos deprimidos y no nos permiten darnos cuenta de que podemos solucionar nuestros problemas, estén relacionados al insomnio", dice el experto.

"Sin embargo, es necesario recordar que el insomnio es muy común mientras que los pensamientos suicidas no son tan comunes, porque la mayoría de la gente con insomnio puede manejar bien los efectos del trastorno.

"Esto se debe a el insomnio sólo provoca problemas severos en la gente que ya sufre una vulnerabilidad preexistente", concluye el especialista.

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