Para los investigadores inculcar el gusto por los alimentos saludables podría facilitar que los niños tengan hábitos alimentarios inteligentes de por vida.
Un estudio sobre 120 niños pequeños a los que se les permitió "comprar" comida en un supermercado para jugar reveló que hasta los de 2 años tendían a imitar las elecciones alimentarias habituales de sus padres.
Los niños que acumulaban productos dulces, bebidas endulzadas y "snacks" salados tenían en general padres que incluían esos productos en la lista de compras. Los niños con los hábitos de compra más saludables también imitaban a sus padres.
Los resultados, publicados en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, sugieren que hasta los niños muy pequeños no eligen indiscriminadamente los caramelos cuando se les da la posibilidad.
En cambio, ellos estarían ya formando sus preferencias alimentarias, potencialmente duraderas, según los hábitos de compra de los adultos.
"Los datos sugieren que los niños comienzan a asimilar e imitar las preferencias alimentarias de sus padres desde muy temprana edad, aún antes de que puedan apreciar por completo los efectos de esas elecciones", escribió el equipo dirigido por Lisa A. Sutherland, de la Escuela de Medicina de Dartmouth, en New Hampshire, Estados Unidos.
Eso, indicó el equipo, significa que el supermercado puede ser un aula, donde los padres les enseñan a sus hijos que alimentos como las frutas, las verduras y los cereales integrales tienen prioridad por sobre los snacks y los postres.
Para el estudio, el equipo hizo que 120 niños, de 2 a 6 años, recorrieran de a uno un supermercado para jugar.
Les indicaron a los niños que podrían comprar lo que quisieran entre 133 productos: los alimentos "más sanos" incluían a las frutas, las verduras, los cereales de grano integral, el pan y la leche.
Entre los productos "menos sanos" estaban los postres, los caramelos, las papas fritas, las gaseosas y los cereales dulces.
Los padres respondieron cuestionarios sobre la frecuencia de compra de ciertos alimentos y bebidas. Todos llevaban a sus hijos a los supermercados.
La mayoría de los niños compró algunos snacks dulces y salados; en promedio, sus carritos estaban repletos en partes iguales de productos saludables y no tanto.
Treinta y cinco niños compraron muchos más productos saludables que comida chatarra. En general, la idea de lo saludable en el carrito de compras de los niños imitaba la lista de compras de sus padres.
"Las intervenciones nutricionales para los niños comienzan en la escuela primaria. El estudio sugiere que los niños preescolares ya están formando sus preferencias alimentarias y están atentos a las elecciones de sus padres" escribieron los expertos.
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