Esto (no vencer en el Monumental) tenía que ocurrir en algún momento porque Barcelona es frágil ofensivamente. Apenas tiene seis goles anotados en seis partidos de la liguilla; es decir, promedia un gol por partido y eso es poco para un equipo que quiere ser campeón nacional.
La defensa es fuerte, pero en algún momento va a flaquear, como sucedió ayer frente a Deportivo Quito.
En el primer tiempo el plantel de Carlos Sevilla fue conservador y usó un delantero, pero en el segundo, tras ir perdiendo, ingresó a Léider Preciado, otro atacante en lugar del juvenil (Jefferson) Congo y por eso Barcelona se defendió.
Los canarios se defienden con la mayoría de jugadores del centro del campo, pero no ataca. Parece que solo depende de Pablo Palacios y David Quiroz en su ofensiva.
No se por qué Reinaldo Merlo mantuvo a Mike Rodríguez en la cancha; el chico estaba cansado y si quería ingresar al Chelo Delgado debió ser por Rodríguez y no por Lara.
Tampoco entiendo por qué no jugó Miller Bolaños, si él lo hizo bien en el partido anterior.
Si Barcelona quiere ser campeón tiene que asumir una postura más ofensiva y no defensiva.
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