La persona que consume bebidas alcohólicas después de jugar puede tener problemas cardíacos. Quienes padecen diabetes, hipertensión... sufren más.
Cuatro a cuatro. Fue el segundo empate que el martes consiguió el STR, un equipo de fútbol conformado por taxistas, que se enfrentó al Full Lucas en el parque La Carolina, al norte de Quito.
El marcador tuvo un sabor agridulce que lo atenuaron con risas alrededor de seis cervezas.
Wiliam C. cuenta que esta bebida tiene vitamina C, “porque calma la sed”. Pero la medicina no toma tan a la ligera la combinación inmediata de cualquier tipo de deporte y el alcohol.
El cardiólogo Juan Páez, del centro médico Pro Corazón, aún tiene en la mente el deceso de un paciente, hace ocho años. “Un día se fue a Guayaquil a un matrimonio, bebió toda la noche. Solo durmió tres horas y a las 07:00 tomó el vuelo de retorno. A las 08:30 fue a jugar raquet y media hora después murió”.
A este episodio se denomina muerte súbita, cuadro que llega porque el corazón pierde líquidos excesivamente, no soporta el sobreesfuerzo físico y colapsa de manera inesperada.
La deshidratación puede volverse crónica, porque a la pérdida de líquidos por cualquier actividad deportiva, se suma también la eliminación de potasio, sodio, cloro y magnesio a causa de las bebidas alcohólicas.
En el caso de la cerveza, al ser un producto diurético, acelera la eliminación de los líquidos. La secuela común por este hecho es la presencia de arritmias. Es decir, los latidos del corazón se aceleran sin control y deja de funcionar en cualquier momento.
Este episodio es similar cuando primero se bebe y luego se hace deporte o viceversa. “Por eso, es incorrecto que la gente diga que va a sacar el chuchaqui con un partido de fútbol”, señala el médico general Pablo Herrera.
Wiliam C. sabe de los posibles efectos médicos, pero asegura que “solo es una par de botellas”.
De allí que Herrera explica que las complicaciones se presentan especialmente en aquellas personas que padecen problemas como obesidad, hipertensión, sobrepeso, diabetes...
Estos cuadros alteran el funcionamiento del corazón, como ocurrió con el paciente de Páez.
El médico deportólogo de la Secretaría Nacional del Deporte, Pablo Cisneros, alerta de otras complicaciones. “Al absorber, el licor llega al torrente circulatorio, luego al cerebro y se producen problemas en el sistema nervioso central disminuyendo la actividad intelectual y hasta la pérdida de conciencia”.
Los problemas también se centran en el riñón, porque la doble eliminación de líquidos (por el ejercicio y por el alcohol), “deja seco a este órgano y al ocurrir aquello se daña”, explica Páez.
De allí -señala- que es fundamental saber cómo hidratarse. Lo primero que sugiere el médico cardiólogo es no consumir aguas heladas inmediatamente luego de terminar cualquier actividad deportiva. El médico conoce otro caso de muerte súbita por esta práctica errada. “Era una persona que tenía factores de riesgo, como obesidad y diabetes, pero no se cuidaba. A las 10:00 jugó ecuavoley, tomó agua mineral helada y allí se quedó”.
Esto ocurre porque el líquido helado, en contacto con el organismo, produce vasoespasmo, es decir, se cierran los vasos y la alteración de la circulación sanguínea puede producir infarto.
Pero el deportólogo Óscar Vizuete asegura que el agua que no está helada, sino solo un poco fría, no causa problemas.
Además, según los especialistas, el consumo del alcohol afecta directamente a la recuperación tras el ejercicio físico. También tiene efectos sobre la rehidratación, la recuperación del glucógeno y la reparación de los daños en los tejidos del corazón.
Aquello se produce por el elevado índice de calorías que proporciona el alcohol (siete por cada gramo). Pese a los peligros, María Carpuela, quien vende refrescos por más de cinco años en el parque La Carolina, cuenta que es común que los jugadores consuman cervezas. “Con eso se refrescan. Unos solamente toman dos, pero otros apuestan hasta una jaba de cerveza, acaban esa y siguen”, cuenta.
El grupo de Wiliam C. no fue la excepción. Al terminar las seis botellas, compraron dos más.
Los efectos
Los daños del alcohol están determinados por varios factores: la graduación o concentración de la bebida, presencia o no de comida en el estómago, el peso del individuo (menor peso implica mayor absorción), el sexo y la habituación (estados avanzados de alcoholismo reducen la tolerancia al alcohol.
Se pueden considerar dos tipos de intoxicación debido al consumo de alcohol. La aguda es la ocasionada por la ingestión masiva de alcohol).
La intoxicación crónica es provocada por afecciones agudas repetidas o por un excesivo y continuado consumo de bebidas alcohólicas. Este cuadro se agudiza si existen cuadros como diabetes, hipertensión u obesidad.
Cómo hidratarse
Con energizantes y líquidos que contengan electrolitos, potasio, magnesio, sodio y también cloro.
El magnesio se halla en cítricos (naranja, mandarina, toronja) y aguas minerales.
El sodio mantiene el nivel de líquidos corporales, permite la transmisión de impulsos nerviosos, la actividad muscular y la adecuada absorción de potasio.
Además, compensa las pérdidas producidas por el exceso de sudoración, vómitos y diarreas. Un producto que contiene esta sustancia es la manzana, por ejemplo.
La preparación
Los médicos especializados en la medicina del deporte señalan que es recomendable beber 500 ml de líquidos dos horas antes de realizar los ejercicios.
Esta cantidad de líquidos permite una adecuada hidratación y un mejor rendimiento. Debe acompañarse con el consumo de frutas como plátano, manzanas y melón, ricas en magnesio...
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