La principal vía de La Mariscal es intervenida por el Fonsal. La circulación en la Colón, Reina Victoria, Patria, 10 de Agosto, 6 de Diciembre y Orellana se saturó.
Fue la crónica de una muerte anunciada. El cierre de la av. Amazonas, entre Colón y Patria, convirtió ayer al centro norte de Quito en una trampa, tal como la advirtió el jueves la Policía.
El Fondo de Salvamento (Fonsal) levantó por segundo día los adoquines de la vía, dentro del proyecto que busca convertir a la tradicional ruta en un bulevar.
Los trabajos
Las organizaciones Ciclópolis y Biciacción respaldan el cambio de la Ciclo-Q al lado oriental de la Amazonas. Esto -según sus miembros- evitará conflictos con los peatones.
El Fonsal invierte USD 400 000 en los trabajos en la Amazonas. Cuatro contratistas trabajan. Cada uno está a cargo de un tramo para agilitar las obras.
Se utilizará un adoquín especial para personas no videntes en las esquinas del bulevar de la Amazonas.
La Empresa de Desarrollo Urbano del Municipio intensificará controles en los aparcamientos de la Zona Azul, en La Mariscal.
La restricción de circulación por la ruta, la principal en el sector de norte a sur, saturó de vehículos a las avs. Orellana y Colón, desde las 08:00. En la última arteria, las largas filas de autos iban desde la av. 6 de Diciembre, al este, hasta la América, al oeste; mientras que en la Orellana la hilera de autos iba desde la 10 de Agosto hasta la 6 de Diciembre.
Helen Benítez, quien vive en la Mitad del Mundo y debía llegar hasta la Corte Superior de Quito, se tardó 20 minutos en cruzar cuatro cuadras en auto, entre la Orellana y Colón. “Aquí me encontré con que hay otro trancón, circular es imposible”. En la Colón, los autos iban a 5 km/h hasta la 6 de Diciembre.
Cecilia Miño, conductora de un Toyota vino, se tardó una hora de La Gasca a la Amazonas y Colón, cuando antes se demoraba 10 minutos. “Es absurdo cerrar una arteria vital”.
En la mañana, cientos de personas caminaron sobre la Amazonas, ya que las veredas están sin piedras desde el jueves.
Como ella cientos de conductores, entre el ruido y el esmog, esperaban impacientes. El mayor Juan Zapata, vocero de la Dirección Nacional de Tránsito, reconoció que el cierre la esa vía causó conflictos. 100 policías fueron asignados al tránsito.
Según la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Emmop), por la Amazonas transitan 20 000 automotores al día. Desde ayer, tras el cierre de la vía, ese flujo vehicular buscó circular por vías alternas.
De hecho, el tránsito se incrementó en las avs. Patria, 6 de Diciembre y 10 de Agosto y en las calles Reina Victoria. Ante el caos, Víctor Hugo Mier, de la Emmop, ofreció: “Vamos a buscar cómo solucionar esto”.
Además, debido a la restricción, 120 buses de cinco rutas, que circulaban por la Amazonas, cambiaron su recorrido. Roberto Luzuriaga, chofer de la cooperativa Catar, dijo que recién ayer se enteró de los cambios. “Al llegar a la av. Orellana me di cuenta de las nuevas rutas, me demoré 15 minutos en circular una sola cuadra”.
En la Orellana y Amazonas, cuatro cuadras al norte del cierre, confluyen 60 000 vehículos al día. Allí, las largas hileras de autos iban de 10 de Agosto, al oeste, a 6 de Diciembre, al este.
Los 120 buses que transitan por la Amazonas tomaron la Orellana para ir a la 6 de Diciembre. Desde esta última avenida avanzaron al sur. En ese trayecto, hubo unidades que invadieron el carril exclusivo de la Ecovía, puesto que los carriles para autos se saturaron. Según el Fonsal, los trabajos concluirán a fines de agosto.
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