El texto presentado a aprobación del pleno sobre el “preámbulo de la Constitución” incluía en su primer párrafo el nombre de Dios, como los sectores evangélicos lo pidieron durante los ocho meses de funcionamiento de la Asamblea. En la sesión de anoche, los asambleístas no aprobaron el texto y resolvieron que sea redactado nuevamente.
El preámbulo titula “El País que queremos” y señala: “Los ecuatorianos y ecuatorianas, reconociendo nuestras raíces milenarias, forjadas por hombres y mujeres pertenecientes a distintos pueblos, valorando la naturaleza de la que somos partes y que es fundamental para nuestra vida; respetando las creencias en Dios de amplios sectores de la población; incorporando las diferencias culturales que nos enriquecen como país; recuperando las luchas sociales de liberación frente a la opresión y el colonialismo...”.
Sin embargo, Rolando Panchana (PAIS) rechazó esa redacción y sugirió reemplazarla por la frase “los ecuatorianos creyentes invocamos la protección de Dios”.
Los siete párrafos restantes se refieren al Buen Vivir (sumac kausay) y el sustento de ese “proyecto de vida” en la voluntad soberana de sus pueblos para promover un nuevo régimen de desarrollo sostenible, solidario e igualitario, garantizando un equilibrio entre los sistemas sociopolíticos, culturales, económicos y ambientales.
Si bien en el cuarto párrafo se habla de una sociedad “democrática, intercultural, participativa, que garantiza la libertad de expresión...”, en el sexto párrafo, al mencionar al Estado sostiene: “Un Estado constitucional de derecho, laico, plurinacional, justo, inclusivo, que se gobierne con una nueva centralidad de gobiernos regionales y locales descentralizados y autonómicos”.
En este mismo párrafo se promulga un Estado “que afirme la unidad en la diversidad de los pueblos, etnias y culturales; de género y generacionales”, cosa que ha sido rechazada por las minorías de derecha que reconocen en los géneros al hombre y la mujer.
También se menciona a un Estado que garantice la integridad y la soberanía territoriales, que defienden la libertad y la paz como bienes supremos de la nación. El texto concluye expresando que “nosotros, ecuatorianas y ecuatorianos, en el ejercicio de nuestra soberanía aprobamos la siguiente Constitución de la República del Ecuador”, no es parte del articulado Constitucional y su aprobación se haría en una sola votación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario