Correa aseguró que la acción sólo pudo concretarse ahora debido a que la Agencia no había fijado el monto de las pérdidas de Filanbanco, que alcanzan los USD 661 millones y descartó que el gobierno tenga interés en quedarse con las televisoras.
Quito, AFP
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, negó el martes que la incautación de dos televisoras que pertenecían a ex banqueros prófugos sea una jugada política para acallar a la prensa antes del referendo constitucional, que le permitiría buscar la reelección inmediata.
“La mala fe, los de siempre, están tratando de desprestigiar al gobierno, (diciendo) que la incautación de los bienes del grupo Isaías se hace en este momento porque el gobierno está declinando en las encuestas y el Sí está perdiendo, y que es una jugada política”, dijo Correa en la sede de gobierno.
El mandatario justificó la resolución por la cual la Agencia de Garantías de Depósitos (AGD) expropió con apoyo de la Policía a los canales Gamavisión y TC Televisión, dentro del embargo de 195 bienes de los hermanos William y Roberto Isaías, que huyeron a Estados Unidos tras la quiebra de Filanbanco en 1998.
“Para desprestigiar esta incautación hoy se la quiere hacer pasar como un atentado a la libertad de expresión, y no dicen que son 195 bienes los que se han incautado, entre ellos medios de comunicación ” , recalcó Correa durante la posesión de la nueva ministra de Economía, Wilma Salgado.
La experta en finanzas reemplazó a Fausto Ortiz, quien dejó el cargo tras discutir acaloradamente con el presidente y oponerse a la medida de la AGD.
Correa aseguró que la acción sólo pudo concretarse ahora debido a que la Agencia -pese a que el proceso llevaba diez años- no había fijado el monto de las pérdidas de Filanbanco, que alcanzan los 661 millones de dólares, y descartó que el gobierno tenga interés en quedarse con las televisoras.
“Lo que menos le interesa al gobierno es ser administrador de esos bienes, lo que sí nos interesa es finalmente que se haga justicia y los que atracaron al pueblo ecuatoriano en esa crisis bancaria, que tanto dolor costó, finalmente respondan con sus bienes ” , expresó el gobernante.
Correa se mostró contrariado con los cuestionamientos a la medida y pidió ignorar “ a los profetas del desastre ” que, según él, sólo quieren sembrar discordia y mala fe.
Los medios críticos del gobierno consideraron injustificado el embargo y lo tacharon como una maniobra con la cual Correa busca ganar el referendo al que será sometida la nueva Constitución, que incluye una enmienda que le permitiría postularse a la reelección y otra que prohibiría a los banqueros ser propietarios de medios de comunicación.
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