jueves, 24 de enero de 2008

Miles de guayaquileños acudieron a la marcha

Nebot levantó lanzas contra el gobierno acusándolo de recortar la autonomía de los municipios mediante una reforma a la ley que les permitía disponer libremente del 25% del impuesto a la renta.

Guayaquil, AFP

Una marea humana celeste inunda la principal avenida de Guayaquil atendiendo el llamado del alcalde, Jaime Nebot, cinco días después de que Correa marchara por la misma ruta con unos 100 000 seguidores, advirtiendo que su revolución socialista es irreversible.

Nebot increpó al gobierno y a la mayoría oficialista en un discurso de menos de una hora que interrumpió dos veces para pedir que cesaran los insultos contra Correa.

"Dios quiera que lo entiendan. ¡Y si no lo entienden que se responsabilicen ellos de lo que va a pasar en Ecuador!, porque la Carta Magna, la Constitución no tiene que ser una carta de esclavitud" , dijo Nebot.

“ Estamos apoyando esta marcha para rechazar la política dictatorial del gobierno. Esta es un señal pacífica para que no siga con su dictadura a través de la Asamblea Constituyente ” , dijo Francisco Alarcón, empresario de Guayaquil, motor económico del país y bastión de la derecha.

Los manifestantes colmaron las calles con banderas blanco y celeste de la ciudad y lanzaron duras arengas contra el presidente. La Policía resguardó la protesta sin que se reportaran disturbios.

Nebot anunció que propagará la protesta hasta llevarla a la Asamblea que reforma la Carta Política e impedir las reformas con las que el jefe de Estado quiere regular la economía, habilitarse para un segundo mandato y terminar con una década de inestabilidad política.

"Habrá pueblos enteros, no sólo Guayaquil, que no van a aceptar ser conejillos de indias, de experimentos fracasados en todo el mundo y que exigirán un sistema de gobierno con una visión de país" , expresó.

En ese sentido, aludió a los casos de Yugoslavia y Bolivia y advirtió sobre un posible estallido social en Ecuador si es que el gobierno insiste en el socialismo del siglo XXI, la corriente que también congrega con marcadas diferencias a los gobiernos de La Paz y Caracas.

“¡Guayaquil está en marcha!, ¡Ya basta: autonomía ya!, Correa enemigo de Guayaquil ” , se leía en los carteles que alzaban los manifestantes mientras llevaban en hombros a Nebot hasta la tarima donde tenía previsto ofrecer un discurso.

Simultáneamente varias decenas de personas se concentraron en Quito para apoyar a Nebot. El ejecutivo consideró injustificada la protesta y mediante avisos televisivos trató de debilitar la convocatoria cuestionando al jefe político del puerto.

Nebot reactivó con fuerza la oposición al mandatario tras los fiascos electorales de la derecha en 2007, que le permitieron a Correa convocar y asumir el control de la Asamblea que reforma la Constitución y cuyo texto será sometido a referendo.

El alcalde levantó lanzas contra el gobierno acusándolo de recortar la autonomía de los municipios mediante una reforma a la ley que les permitía disponer libremente del 25% del impuesto a la renta.

Salimos a defender la autonomía como unidad en la diversidad, a exigirle a la Asamblea que actúe como Asamblea, no como sucursal del emperador, o como el peor de los Congresos ” , agregó.

Correa impulsa varias reformas para regular la economía, habilitarse para un nuevo mandato y terminar con una crisis política que sacó del poder abruptamente a sus tres antecesores en la última década.

La marcha fue respaldada por empresarios, banqueros y comerciantes de la ciudad y partidos opositores, que pidieron a Correa desistir de su proyecto socialista.

“No sé porque quieren hacer experimentos con eso del socialismo del siglo XXI. Estoy segura de que Guayaquil no lo va a permitir ” , dijo Cristina Reyes, asambleísta del Partido Social Cristiano.

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