MADRID. Matrimonio por conveniencia, agresiones a menores, llamadas de socorro «in extremis», discriminación femenina... Bien podía haber ocurrido en la Edad Media o tratarse de los ingredientes para un guión cinematográfico pero es, en realidad, lo que sucedió en Madrid el pasado fin de semana: el secuestro durante más de 12 horas de una niña rumana de apenas 13 años por parte de una familia de su país, para ser obligada a contraer matrimonio con su hijo, de 15.
Sin más, ése era el objetivo que se habían marcado Marcel D.y Argentina D., quienes aprovecharon la visita que la menor les hizo a su casa, invitada por la hija de ambos, para retenerla durante horas. Cuando el sábado por la mañana, la menor, de quien no se ha facilitado su identidad, entró en la chabola de una amiga en la Cañada Real Galiana -cerca de la carretera de Valencia y del vertedero de Valdemingómez-, no se podía imaginar que los padres de la otra chica le iban a impedir la salida de la casa.
Poco después del mediodía, un primo del matrimonio que ya había retenido a la menor, se acercó hasta la chabola, y al percatarse de la situación, intentó convencer a Marcel para que la liberaran. Sus esfuerzos fueron en vano, por lo que, como si de una película se tratara, aprovechó un descuido de los secuestradores para facilitar un móvil a la pequeña.
Al parecer la menor, residente en Valencia, se encontraba en Madrid de vacaciones en casa de una tía, por lo que cuando le dieron el teléfono llamó a su progenitor a la ciudad del Turia, para advertirle sobre lo que le ocurría. Asustado por la situación, el padre alertó minutos después de las cuatro de la tarde a la Policía Local, cuyos agentes se acercaron hasta el lugar de los hechos. Pero la gravedad de la situación y el posible uso de armas por parte de los secuestradores hizo necesaria la intervención de varias patrullas de la Policía Nacional. Mientras tanto, el padre de la menor no se lo pensó y comenzó un viaje de cuatro horas en coche hasta la capital.
Los agentes de la comisaría de Vallecas que se trasladaron hasta el poblado de la Cañada Real intentaron persuadir al matrimonio para que liberara a la menor. Sólo después de varias horas de conversación y negociaciones, hacia las cuatro de la mañana del domingo, consiguieron rescatarla.
La niña apenas recuerda nada de lo que ocurrió dentro de la chabola a partir de las once de la noche, cuando asegura que se quedó dormida «por el cansancio».
Recibió varios golpes
Sin embargo, ante las escenas de pánico provocadas por la menor, los secuestradores la propiciaran varios golpes, por lo que también se les acusa de un delito de lesiones.
La afluencia de familias rumanas en torno a la chabola fue aumentando a medida que se acercaban más patrullas, según han confirmado fuentes policiales. Al parecer, algunos compatriotas intentaron defender al matrimonio, aunque no hubo que lamentar ningún herido ni detenido. Familias de gitanos y otros inmigrantes también acudieron al lugar de los hechos. Y es que la zona se ha convertido en un quebradero de cabeza para los agentes. Se trata de un asentamiento ilegal, al que cada día acuden más familias de inmigrantes, donde se establecen sin ningún tipo de control y con graves carencias sanitarias.
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