Alimentos. Según los nutricionistas, eliminar las grasas naturales dejará indefensos a los órganos, no permitirá la producción de hormonas, entre otras funciones.En los últimos años se ha vuelto común creer que las grasas son malas para el cuerpo humano y, a causa de ello, muchas personas las evitan por completo. Sin embargo, es importante conocer que no todas son nocivas, nos referimos a las naturales, entre las que están las vegetales y las animales.
Estas, al estar presentes en el organismo, se ubican en los tejidos subcutáneo e intramuscular, que dan forma a la figura e impiden la pérdida de calor. Protegen los órganos para evitar que algún golpe brusco los lastime. También ofrecen más reserva de energía que los carbohidratos y las proteínas, y ayudan en la producción de hormonas y membranas de las células y las enzimas.El no consumir grasas naturales, por ejemplo, va a generar un gasto de los depósitos de las que hay en el cuerpo, no solo a nivel subcutáneo (debajo de la piel), sino también alrededor de ciertos órganos a los que habitualmente aíslan y protegen, expresa Mariuxi Egas, médica nutricionista.Según los estándares internacionales de dietética, se recomienda que la ingesta diaria para una persona adulta sana sea el 30% del valor calórico total. Es decir que si requiere 1.200 calorías, tendrá que ingerir 40 gramos; si son 2.000, necesitará 67 gramos; y si su necesidad es 2.500 calorías, su porción de grasa deberá ser 83 gramos. Este valor se calcula multiplicando la caloría por el número calórico y luego se divide para nueve. Severo Wong, médico clínico nutricionista, dice que de este 30%, 5% deben ser saturadas, 15% monoinsaturadas y 10% insaturadas. Las saturadas se encuentran en las carnes, leches y sus derivados, excepto en los pescados, y son las responsables de elevar el colesterol malo. Las insaturadas o grasas buenas ayudan a controlar el colesterol bueno y protegen al corazón de enfermarse. Las monoinsaturadas son parte de la división de las insaturadas, pero se diferencian de ellas porque cuando se enfrían se espesan, mientras que las otras siempre permanecen líquidas.Los nutricionistas indican que el organismo necesita un poco de todas ellas, pero que siempre deben predominar las insaturadas, que están en los pescados, el aceite de oliva, las nueces, aguacates, maní, entre otros. En los vegetales se puede hallar un poco de ambas grasas.El linoleico (omega-6) y el linolénico (omega-3) son ácidos grasos esenciales que se hallan en los pescados, especialmente en la cabeza, la piel y la mitad de su cuerpo, por ello nutricionistas como la doctora Narcisa Zambrano recomiendan consumirlos sin quitarles la piel. También recomienda ingerir mariscos que son ricos en grasa buena, muy al contrario de lo que se ha pensado, pues no elevan el colesterol.Se los puede consumir pasando un día, siempre y cuando no haya una indicación médica que lo impida.También se debe comer diariamente una porción de maní (1,5 onzas); este ayuda a disminuir los triglicéridos. El aguacate se puede consumir la mitad o un cuarto, esto depende del porcentaje de grasa que se haya ingerido en la mañana. También se pueden comer nueces, linaza (rica en omega-3); esta se la puede mezclar en un batido, tortilla o en las demás comidas.Del aceite de oliva se puede consumir un chorrito en el almuerzo y otro en la merienda, pero jamás se lo debe agregar a lo que ya ha sido frito anteriormente.RECOMENDACIONESDietaUn menú diario con las grasas necesarias podría ser: un desayuno con sándwich de mantequilla de maní, cocoa y frutas. En el almuerzo, comer cuatro onzas de pescado y ensalada. En la merienda, avena con yogur, o un batido de frutas.Otras grasasHay que evitar las frituras y las grasas industrializadas que han sido sometidas a hidrogenación, que les ayuda a tener una textura semisólida.
miércoles, 9 de mayo de 2007
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